lunes, 15 de marzo de 2010

Por una gran campaña de solidaridad obrera y popular en Costa Rica con Haití y Chile


El saqueo imperialista y los negocios de las grandes corporaciones son los culpables de la catástrofe haitiana y chilena

El pasado mes de enero un sismo de más de 7º en la escala de Richter devastó a la isla de Haití, generando más de 250 mil muertos y casi tres millones de damnificados, que al día de hoy a casi tres meses de que comience la temporada de huracanes en el Caribe, se encuentran literalmente “viviendo en la calle”. Pero no pasaron nisiquiera dos meses para que sucediera otro desastre: esta vez en Chile, con un sismo 40 veces más fuerte en intensidad que el de la isla del Caribe, generando más de 800 muertos y varios millones de damnificados.

Las distintas fuerzas del planeta, en conjunto con las condiciones de vida impuestas a millones de seres humanos por el capitalismo, vienen tomando el centro de la escena en estas grandes catástrofes, que no son totalmente “naturales” e inevitables como las hace ver la propaganda oficial de medios de comunicación, gobiernos, y corporaciones.

Estas catástrofes en el caso de Haití están directamente relacionadas con el saqueo hecho por las grandes potencias imperialistas a lo largo de cientos de años (Francia y Estados Unidos), quienes se han enriquecido a costa de la explotación y el robo sobre el pueblo haitiano. En medio de estas condiciones, existe una escasa o inexistente planificación urbana, con casas en un terrible mal estado y peligroso para habitar en ellas, especialmente en una zona rica en huracanes y terremotos.


En el caso de Chile, el terremoto de 8.8º puso al desnudo el gran negocio de las compañías constructoras, que lucran a costa de hacer edificaciones malas, con materiales de baja calidad, y que no llenan los requisitos antisísmicos mínimos para soportar los movimientos de las masas terrestres; esto es evidente, especialmente en las casas de los trabajadores y gente pobre, que queda desamparada a su propia suerte en medio de las fuerzas de la naturaleza. Con el terremoto se destapó la orgía de ganancias de las compañías constructoras, y la complicidad de los distintos gobiernos (incluido el de la “socialista” Bachelett) en la falta de planificación y controles en la construcción de edificios.

Es necesaria una gran campaña continental por la anulación total de la deuda externa haitiana, por la salida de las tropas de EE.UU. de Latinoamérica, y contra la creciente militarización de nuestros países


En el caso de Haití, la ayuda humanitaria prometida por las potencias imperialistas, las mismas que han hundido a la isla en la miseria, no llega a los millones que sobreviven en las calles de la capital, Puerto Príncipe, sin agua, comida ni atención médica; ya que la prioridad no es salvar la vida de los haitianos empobrecidos sino rescatar a los miles de funcionarios de Naciones Unidas, ONG y tropas extranjeras que ocupan el país. Es que si ya la isla era ocupada militarmente desde 2004 por las tropas de la ONU (MINUSTAH) encabezadas por Brasil de Lula, con el terremoto EE.UU. encontró la excusa perfecta para hacer un mayor despliegue militar no solo sobre este país, sino sobre las costas de Latinoamérica. Más allá de los discursos humanitarios, la política de Obama es poner a Haití bajo la tutela militar de Estados Unidos y controlar la distribución de la ayuda humanitaria, incluso en detrimento de otras potencias imperialistas, como Francia; por eso se entiende que haya enviado al menos 16 mil soldados adicionales hacia la isla, en un verdadero ejercicio militar a gran escala que pretende mostrar el poderío y la velocidad con la que Estados Unidos es capaz de poner en pie una ocupación militar, por medio del Comando Sur y utilizando unidades de la Cuarta Flota activada recientemente para patrullar las costas de América Latina y el Caribe.

Los últimos informes de que disponemos, enviados desde Haití por las compañeras de Pan y Rosas, sostienen que el agua y los alimentos aún no llegan a millones de damnificados. Historias de niños que mueren de sed, de tensión en las calles, alimentos que se “pierden” o se quedan en las manos de las tropas de ocupación, son la constante.

En el caso chileno, ya es conocida la respuesta inmediata de Michelle Bachelett, que consistió simple y llanamente en la represión, enviado no solo al Ejército sino a Carabineros (como cuerpo militar de élite) a reprimir a las regiones de Concepción, El Maule y Bío bío, donde la gente hambrienta buscaba alimentos en los supermercados y otros establecimientos. Además, en las zonas más afectadas, todavía resistiendo la arremetida de réplicas superiores a los 6º y el embate de los maremotos; sigue la represión de las fuerzas del “orden”, con un pueblo desesperado, sin electricidad, agua, telefonía, así como otros servicios básicos.


Solidaridad obrera y popular internacionalista con los pueblos hermanos de Haití y Chile


Es por todo lo anterior que creemos que frente a las grandes catástrofes de este nuevo siglo, agudizadas al extremo por la violencia con que actúa el capitalismo a nivel mundial, debemos impulsar la más amplia solidaridad con nuestros hermanos de Haití y Chile. Frente a la catástrofe en Haití, a la vez que creemos que es necesario enviar toda la ayuda material que sea posible, nos pronunciamos por la anulación total de la repugnante deuda externa, por la salida de las tropas de EE.UU. y la ONU (MINUSTAH), y porque sean los trabajadores y sus organizaciones los que administren directamente la ayuda, para que no se pierdan más los víveres a manos de las tropas de EE.UU. y la ONU.

Frente al drama chileno, nos colocamos del lado de los trabajadores y el pueblo pobre, y exigimos el cese total de la represión, la salida del Ejército y Carabineros de las regiones de Concepción, El Maule y Bio bio, que con la excusa de proteger el “orden” (la propiedad de los millonarios) vienen reprimiendo al pueblo hambriento.

Desde la Liga de la Revolución Socialista creemos que esta es la mejor forma de solidarizarnos con nuestros hermanos latinoamericanos de Haití y Chile. Por eso participamos de iniciativas unitarias junto a otros grupos que se reivindican internacionalistas. Las acciones que proponemos llevar adelante en Costa Rica, son parte de una gran campaña internacional de solidaridad obrera y popular que las distintas organizaciones que integramos la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) desplegamos en decenas de países de Latinoamérica y Europa.

Llamamos a las organizaciones obreras y populares, sindicales, de derechos humanos, de mujeres, y a los activistas independientes de Costa Rica, a que nos unamos en esta campaña internacionalista, y que la impulsemos con todas nuestras fuerzas.