jueves, 28 de octubre de 2010

KIRCHNER DEJÓ UNA CRISIS POLÍTICA

¿Adónde va el gobierno de Cristina?

Fecha: Jueves 28 de octubre de 2010

Por: Manolo Romano



Detrás de las cínicas condolencias de sus acérrimos opositores e, incluso, de dirigentes del espectro del propio peronismo “amigo”, están en curso encarnizadas disputas de poder. Más allá del presente de conmoción y aparente “unidad nacional”, la súbita muerte de Néstor Kirchner abrió una crisis política que prepara mayores enfrentamientos y polarización entre los bandos capitalistas que disputan la escena nacional. De un lado, la burocracia sindical de la CGT que viene de recibir el repudio popular por el asesinato de Mariano Ferreyra, se postula para seguir siendo el principal sostén del gobierno de Cristina Kirchner, buscando, a cambio de ello, impunidad bajo su amparo. Del otro, el arco opositor que en el reciente coloquio de IDEA había reunido al establishment burgués debatiendo una salida a lo que ellos mismos denominaron un “fin de ciclo”, presionará para condicionar al gobierno con sus demandas orientadas por los empresarios de la soja y los grandes industriales de la AEA.

Apenas un par de horas después de la muerte de Kirchner, en el diario La Nación el analista Rosendo Fraga escribió, como vocero de ese establishment, una especie de ultimátum al gobierno que se encontraba en shock. Básicamente exigiendo la separación de la presidenta de Moyano, que en realidad significa, bajo ese nombre, la exigencia de ruptura con los sindicatos y el fin de toda concesión al movimiento obrero, así sea a sus sectores en blanco y sindicalizados. Ya veníamos viendo como la descomposición de esa alianza de gobierno provocada por los hechos de sangre en Avellaneda, intentaban ser aprovechados por las patronales y los medios opositores para minar las organizaciones sindicales, sin distinción y no sólo a los burócratas sindicales. No puede haber confusión: la derecha patronal y sus voceros mediáticos (como Mirta Legrand) atacan a los sindicatos en tanto representan, aunque distorsionadamente, intereses obreros. Los revolucionarios luchamos para recuperarlos como herramientas de lucha de clases y no hacemos causa común con el Grupo Clarín que utiliza la tercerización de masas de empleados y prohíben la organización de comisiones internas en sus plantas.

Ahora con la muerte de Néstor Kirchner -de la misma manera que lo hicieron luego de la derrota oficial de la 125 y, otra vez, después del triunfo opositor en las elecciones del 28 de junio- la oposición patronal presiona para que, en su debilidad, Cristina se avenga al consenso, “rodeándola de apoyo” para imponerle una agenda común parlamentaria con el peronismo federal y la UCR. Una primera respuesta gestual parece descartar esta variante de “unidad nacional”. La propuesta de Cobos de poner en marcha los preparativos para velar en el Congreso los restos del ex –presidente, fue respondida con la decisión oficial de hacerlo, por el contrario, en la Casa Rosada. Una disputa del “lugar del poder” que simboliza la polarización que viene.
No parece probable que se concrete el escenario que pretende la clase dominante, que desearía una abdicación de Cristina en pos de una candidatura presidencial de Scioli, y detrás alinear al peronismo federal, para disputar con la fórmula radical-socialista republicana de Alfonsín y Binner; es decir, entre dos fórmulas plenamente confiables en las elecciones del 2011.

Siendo así, ¿podrá Cristina darle continuidad al proyecto “kirchnerista sin Kirchner”?

La profundidad de la crisis política se debe, en primer lugar, al vacío que deja el hombre clave que -continuando la devaluación de Duhalde que hizo la “tarea sucia”- vino a comandar el “partido de la contención” a la irrupción de masas desatada en las jornadas revolucionarias de diciembre de 2001. Kirchner fue el armador, más que de un partido K, de una coalición inestable de gobierno, un líder que arbitraba entre “la gobernabilidad” que otorga el aparato del PJ, los gobernadores, intendentes del conurbano y los viejos dirigentes de la CGT, y los organismos de derechos humanos, artistas e intelectuales que le sumaban la atracción de sectores de centroizquierda. Aunque la pérdida del líder de esa coalición los vuelve a mostrar unidos, ese armado terminó de estallar con el reciente asesinato de las patotas comandadas por la Unión Ferroviaria. De fondo, se demuestra como una hipocresía la idea que Cristina Kirchner había trasmitido a la juventud K en el acto del Luna Park sobre la posibilidad de una convivencia “democrática” entre derecha e izquierda peronista que reparara el enfrentamiento de los 70. Por el brutal crimen de esa derecha peronista contra un militante trotskista, y por las promiscuas fotos en fiestas comunes entre los ministros y voceros de la centroizquierda K con los matones de la burocracia sindical. El intento oficial de remendar esa alianza en crisis, utilizando políticamente la muerte de Néstor Kirchner ante la que todos vuelven a unirse para “profundizar el modelo” y seguir su “legado” detrás de Cristina, no puede si no estar basada en un pacto de impunidad para los autores, sobre todo los intelectuales, de la emboscada y el asesinato de Mariano Ferreyra.

El gobierno de CFK se muestra endeble a pesar que la presidenta quede como la sucesora “natural” y, en cierta forma, beneficiada por la imagen, agrandada luego de su desaparición, de Néstor Kirchner. Sobre la base de la candidatura de Cristina 2011, la salida del kirchnerismo para “salvar el modelo” parece estar en manos de los gobernadores e intendentes peronistas, el otro poder real que venía en desbandada. La última mala noticia para el ex –presidente fue la decisión del gobernador oficialista Urtubey de Salta de adelantar las elecciones provinciales para despegar su suerte de la de su candidatura a presidente que, presumía, lo arrastraba a la derrota en su propio territorio. Asimismo, las tensiones que se vienen expresando entre los Kirchner, el gobernador Scioli y Moyano como jefe del PJ bonaerense, cada uno con su propio juego dentro de la alianza oficialista, acababan de tener nuevos capítulos. El día antes de la muerte del ex –presidente, Moyano no pudo obtener quórum en el Consejo Justicialista de Buenos Aires que preside, debido al vaciamiento de la reunión que le hicieron los intendentes del conurbano y los propios hombres de Néstor Kirchner. La muerte de quien arbitraba, ya sin mucho éxito, entre las distintas fracciones en disputa, va a imponer una renegociación entre ellos.

La “continuidad del proyecto” que muchos jurarán ante el féretro del ex -presidente, aunque se exprese detrás del intento de reelección de Cristina, estará ahora dominada por un peso cualitativamente mayor de los gobernadores “feudales” del interior y los intendentes derechistas, es decir, más condicionada por la voluntad del viejo aparato pejotista.

Como decimos en la declaración que sacamos a horas de la muerte de Kirchner (ver recuadro) todas las alternativas en que se dirime la crisis política de los de arriba son contrarias a los intereses de los trabajadores que deben organizar su propia salida independiente de todos los bandos capitalistas.

Francia | Las direcciones sindicales debilitan la lucha obrera y estudiantil


Fecha: Jueves 28 de octubre de 2010

Luego de una radicalización ininterrumpida, desde la jornada de paro y manifestaciones del 12/10, la política de las direcciones sindicales reunidas, el jueves 21/10, de llamar a una nueva acción recién el 28/10 (posterior a la adopción definitiva de la ley de reforma de las jubilaciones) y una muy posterior el 6/11, junto a las vacaciones escolares, ha aislado las huelgas en el sector petrolero, en el transporte y en los puertos, además de los basureros de varias ciudades, permitiendo a su vez la escalada represiva. Aunque el conflicto aún no está cerrado, esta política de presión de las direcciones sindicales que temen más que nada la emergencia de un ascenso revolucionario de la clase obrera y de la juventud que cuestione los pilares del régimen burgués, del cual dependen y son abiertas defensoras, ha debilitado el movimiento impidiendo que éste se transforme en una verdadera huelga general política contra el gobierno de Sarkozy y su plan. Presentamos extractos de la declaración política del Colectivo por una Tendencia Revolucionaria en el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) frente a los últimos sucesos de la lucha de clases en Francia así como otros ejemplos de su accionar en la misma.

por Colectivo por una Tendencia Revolucionaria del NPA

Después de seis semanas de ascenso y de radicalización de la lucha, Sarkozy trata de usar la represión y el desgaste.


¡Las principales direcciones sindicales todavía piden la “concertación” con Sarkozy y llaman solamente a dos nuevas “jornadas de acción” aisladas (28/10 y 06/11)!

¡A través de la auto-organización de los trabajadores y de los sectores sindicales combativos, extendamos la huelga por tiempo indefinido y los bloqueos; impongámoslo a las direcciones sindicales!

Desde el 7 de septiembre, la estrategia de las jornadas de acción aisladas convocadas por las direcciones sindicales, negándose a llamar a la huelga general, no ha logrado desmoralizar a los trabajadores y a los jóvenes, quienes las transformaron en puntos de apoyo para construir la lucha. Luego del éxito histórico de la jornada de huelgas y manifestaciones del 12 de octubre, varias decenas de miles de trabajadores y jóvenes entraron en huelga por tiempo indefinido y comenzaron con los bloqueos. El movimiento en curso está marcado por la voluntad masiva de bloquear el país para ganar, por la radicalización de las acciones y por una auto-organización limitada, pero creciente. Los trabajadores y los jóvenes en lucha, con los sectores sindicales combativos, buscan con todas sus fuerzas la vía de la huelga general, que es rechazada por las direcciones sindicales y los reformistas. La mayoría de la población apoya la lucha. Este movimiento acarrea toda la bronca legítima acumulada contra Sarkozy y su política al servicio de los capitalistas, que intenta hacer pagar la crisis a los trabajadores. (…)

A pesar de las vacaciones y la suspensión de la huelga en algunos sectores, la movilización continúa

La huelga ha sido suspendida en tres refinerías, pero los trabajadores de las otras nueve continúan en huelga por tiempo indefinido desde el 12 de octubre, incluso desde antes, en algunos casos. Una parte significativa de los ferroviarios (el 15% al 25 de octubre, según la CGT, pero muchos más dentro del personal de los transportes públicos) siguen en huelga por tiempo indefinido. La huelga de los trabajadores del petróleo, de las terminales de gas natural licuado, de los estibadores, del personal de los comedores escolares y de otros trabajadores municipales es masiva en Marsella. Los recolectores de basura de esta ciudad acaban de suspender la huelga respondiendo al llamado de FO, pero los de varias decenas de otras ciudades continúan con la huelga. Numerosos trabajadores comunales siguen en huelga por tiempo indefinido en las grandes ciudades y sus periferias. La huelga por tiempo indefinido es más débil en los otros sectores, pero real en todo el país. Además, se dieron numerosas huelgas cotidianas en las empresas privadas. Las acciones de bloqueo de los depósitos de combustible, de las vías de tren, de las rutas, etc continúan por todas partes, con miles de participantes. En un número creciente de ciudades se hicieron Asambleas Generales Interprofesionales que permitieron un progreso en la auto-organización y un inicio de la coordinación de las luchas desde abajo, particularmente en Le Havre, Marsella, Saint-Denis/93 Oeste, Créteil, Montreuil, en el 92 Norte y en numerosas ciudades de provincia.

En la juventud, más de 1.000 colegios secundarios (sobre 4.200) han sido bloqueados o se movilizaron cada día entre el 12 y el 22 de octubre, víspera de las vacaciones, y hubo manifestaciones cotidianas en todo el país. Una primera coordinación nacional de estudiantes secundarios se llevó a cabo el 23 de octubre, reagrupando delegados de 8 ciudades luego de varias coordinaciones departamentales o regionales. En ella se decidió un llamado a los secundarios a seguir movilizados durante las vacaciones, a auto-organizarse en Asambleas Generales (AG) y coordinaciones. (…) En las universidades, la movilización superó un techo decisivo durante la semana del 18 de octubre, con una docena de facultades bloqueadas, media docena cerradas por la administración para impedir el bloqueo, el aumento de la fuerza del movimiento a partir de la masificación de las AG y de la participación en las manifestaciones. (…)

En esta situación, Sarkozy decide apoyarse sobre el carácter todavía minoritario de la huelga por tiempo indefinido para jugar la doble carta del desgaste y de la represión. Multiplicando los desbloqueos por la fuerza, dando golpes y tirando gases a los secundarios y los trabajadores en lucha, multiplicando las provocaciones policiales en los barrios y en las manifestaciones, procediendo a más de 2.000 arrestos de jóvenes. (…)

Las direcciones sindicales se niegan a construir la huelga general, haciendo pesar el peligro de una desmoralización

Este es el momento decisivo para poner todas las fuerzas en la batalla, para arrastrar a los millones de trabajadores que todavía dudan en unirse a la huelga por tiempo indefinido aunque la apoyan, porque piensan que la fuerza del movimiento no será suficiente para vencer la firmeza de Sarkozy. Ahora bien, las principales direcciones sindicales (CGT, CFDT, FO, FSU, UNSA) confirman su negativa a llamar a la huelga general e incluso a sostener la huelga por tiempo indefinido y bloqueos –aún cuando los militantes de la CGT y de la FSU son muchas veces los primeros que los llevan adelante. (...)

La política de las principales organizaciones de la extrema izquierda

Por el lado de las principales organizaciones de la extrema izquierda, nos quedamos desconcertados frente a la política de Lutte Ouvrière: si bien sus militantes participan en las huelgas, paros y acciones callejeras, su dirección se muestra no solamente tan pesimista y rutinaria como siempre, sino que todavía más seguidista de las direcciones sindicales, porque se niega a criticarlas y a luchar por la huelga general o incluso a hacer un llamado a la huelga por tiempo indefinido y a los bloqueos (¡la editorial de Arlette Laguiller del 22/10 no dice una sola palabra!). (…)

En cuanto a nuestro partido, el NPA, muchos compañeros participan en la primera línea en la huelga por tiempo indefinido y en los bloqueos, la dirección se pronuncia correctamente por el retiro del proyecto y por la expulsión de Sarkozy, convoca claramente a la huelga por tiempo indefinido y al bloqueo, e incluso habla a veces de huelga general. Pero su línea es dubitativa y oscilante de acuerdo a los hechos… y según el autor de los volantes o artículos de Tout est à nous! (publicación del NPA). La cuestión de la huelga general (o incluso de la huelga hasta el retiro) no está en absoluto en el centro de la orientación: puede haber estado en el título de un número del periódico (N° 72) o de un volante (semana del 5 de octubre), pero desapareció en momentos claves (primeras páginas de los periódicos siguientes, volantes nacionales del 10, y sobre todo del 18 de octubre). Además, la crítica a las direcciones sindicales es insuficiente: es limitada en el periódico, difundida a pequeña escala y desaparece pura y simplemente de los volantes distribuidos masivamente. De hecho, con el pretexto de no desmoralizar a los trabajadores, la dirección del NPA no quiere llevar adelante el combate político, combinando la denuncia y la interpelación a las direcciones sindicales.

Propuestas para la continuidad del movimiento: huelga, auto-organización, lazos interprofesionales

Por su parte, el Colectivo por una Tendencia Revolucionaria del NPA considera que, para construir ahora la huelga general, hace falta: Continuar el combate por la consigna del retiro liso y llano del proyecto, contra la línea de concertación de las direcciones sindicales con el gobierno, pero también construir plataformas reivindicativas más amplias incluyendo todas las reivindicaciones levantadas por los trabajadores y los jóvenes. (…)

Defender centralmente y sistemáticamente la orientación de la huelga general. (…)

Seguir construyendo y extendiendo las huelgas por tiempo indefinido. (…) Desarrollar los lazos interprofesionales a través de la participación recíproca en las AG y en las acciones de unos y otros, particularmente la alianza crucial entre los estudiantes y los trabajadores. (…)

Desarrollar la auto-organización a través de las AG cotidianas, los comités de huelga o de movilización debidamente mandatados, pero también las coordinaciones interprofesionales. (…)

Constituir en todos lados fondos de huelga. (…)

Para los anticapitalistas revolucionarios, se trata de intervenir en este movimiento para ayudar a ganar y esto quiere decir llevar lo más lejos posible las tendencias profundas que lo caracterizan. (…) En particular, el objetivo de la huelga general, la huelga por tiempo indefinido, los bloqueos económicos y, en menor medida, el problema de la auto-organización se plantean, a partir de ahora, a escala de sectores significativos de la clase obrera. (…) La necesidad de avanzar hacia un NPA revolucionario, anclado en la clase obrera y en la juventud, se manifiesta con cada vez más agudeza. A esta tarea intentamos contribuir desde el Colectivo por una Tendencia Revolucionaria del NPA, llevando adelante indisociablemente el combate político por un programa y una estrategia revolucionarios con la intervención práctica lo más resuelta posible en la lucha de clases.

París, 25/10/10

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Lea también: 


- Viaje solidario de militantes sindicales de la región centro a la refinería de Grandpuits

- Entrevista a activistas secundarios

- Llamado de la Asamblea General Interprofesional de Saint Denis a la coordinación entre las AG Interprofesionales*

- ¿Qué es el CTR?

jueves, 21 de octubre de 2010

Arde Francia: Viva la lucha de los trabajadores y jóvenes franceses



Fecha: Jueves 21 de octubre de 2010
Por: Juan Chingo, desde Paris

La lucha de los trabajadores y jóvenes franceses no ha hecho más que radicalizarse. Dos nuevas jornadas de manifestación masivas, la escasez de combustible como consecuencia de la paralización completa de las refinerías de petróleo y el bloqueo de innumerables depósitos de combustibles, la revuelta y movilización explosiva y en muchos casos violentas de los liceístas, como en las ciudades de Lyon o en la banlieue parisina, el surgimiento de centenares de activistas que apoyan a los distintos sectores en huelga, los comienzos de auto-organización aun débiles pero que empiezan a surgir así como el salto en la respuesta represiva del gobierno, lo testimonian. Los prolegómenos de una huelga general política que combina 1995, 2005 y 2006 y mucho más.

El actual movimiento en Francia testimonia, por un lado, la acumulación de experiencias de la clase obrera francesa desde el ciclo de la lucha de clases abierto con los acontecimientos de 1995, que marcaron un punto de inflexión expresando la resistencia a la ofensiva neoliberal en Francia como a nivel mundial. Pero señala, a su vez,una escalada superior en la recuperación de la clase obrera francesa y mundial.

El actual movimiento combina elementos de las luchas de 1995, 2005 y 2006 y sobre todo mucho más. De 1995, tiene el componente de paro y movilización de los sectores públicos, en especial de los ferroviarios que han votado en varios lugares la continuidad de la huelga. De 2006, tiene la irrupción violenta, masiva e impredecible de la juventud, en especial de la juventud secundaria que llevó a la derrota al gobierno de Villepin en la lucha contra el CPE. Lo más atrasado es el movimiento estudiantil universitario, que comenzó recientemente las clases y permanece aún golpeado por los efectos de la derrota de la aplicación de la Ley de Reforma Universitaria en la primera parte del gobierno de Sarkozy. Sin embargo, si la actual situación continúa, no está descartado que entre al combate, como algunos pequeños síntomas y asambleas en varias universidades del país comienzan a testimoniar. De 2005, están presentes las acciones de los secundarios en las banlieus, donde muchos bloqueos de los liceos por la inmediata y brutal represión policial se transforman en pequeños motines urbanos. Sin embargo, estas revueltas elementales, a diferencia de 2005 donde se generalizaron pero quedaron aisladas del resto de los sectores sociales, puede en muchos casos constituirse en el batallón más explosivo del conflicto social de conjunto. Pero lo que lo lleva más allá de estos grandes hitos de la lucha de clases y la subjetividad de la clase obrera y la juventud francesa del ciclo de la lucha de clases abierto con 1995, son los siguientes elementos ausentes de los anteriores jalones:

a) la entrada en la huelga de trabajadores del sector privado, los más golpeados por la ofensiva neoliberal que se aplicó desde el gobierno de Mitterrand a estos años, cosa que no se había dado incluso en 1995. La huelga de las refinerías es la muestra más elocuente. Pero este sector de avanzada es la punta del iceberg de un movimiento más amplio que ya se viene expresando en algunas fábricas paradas, algunas que hacen interrupción espontánea por algunas horas de tareas y sobre todo en miles de trabajadores privados de las grandes empresas, e incluso de las Pymes, que han participado en algunas de las distintas marchas que se han organizado. Esto no significa negar que hay una gran desigualdad entre los trabajadores de las refinerías o los portuarios como los de Marsella, cuya ubicación en sectores estratégicos de la producción nacional les otorga una mayor fortaleza y conciencia de su poder, y otros sectores del proletariado industrial, en especial el metalúrgico, automotriz y de otras ramas, en el cual todavía pesan más los efectos de las derrotas acumuladas por la clase obrera en estas últimas décadas y donde el control patronal es más firme. Esta desigual maduración del actual movimiento en la clase obrera industrial del sector privado, puede ser una traba para que la huelga general se extienda como fue el caso del Mayo de 1968. Sin embargo, como testimonian informes patronales, la actual agitación que asola al país podría llegar a las fábricas más temprano que tarde. Así, de acuerdo a una nota publicada recientemente por la Asociación Empresarial y Personal, que agrupa a más de 150 gerentes de recursos humanos de grandes grupos, las empresas no son inmunes. La misma afirma: “La reforma en sí misma seguro les va a impactar -la gestión de las carreras más largas, las negociaciones sobre el trabajo insalubre... así como el clima social nacional también es probable que influyan sobre las empresas. Globalmente, ‘el escenario más probable para 2011 es de un clima social pesado’…Un cóctel ‘rara vez visto…’con un riesgo de radicalización de los conflictos. ‘Este endurecimiento es consecuencia de lo que sucede a nivel nacional’, dice Pierre Basilien, director del proyecto Empresa y Personal. ‘Los activistas se sienten movilizados, reanimados. Con la ausencia de negociaciones en materia de pensiones, los equipos sindicales en el terreno están listos para la batalla”1.

b) la entrada de sectores más amplios de la juventud es un elemento distintivo del actual conflicto. Hasta ahora sólo la juventud entre 16 y 23 años, esto es la juventud secundaria y universitaria, se habían manifestado en varias ocasiones en el ciclo previo de la lucha de clases en Francia. Pero en muchos sectores en huelga se comienza a ver a los otros dos componentes de la juventud, la que recién ha entrado al mercado de trabajo de entre 23 y 28 años que ocupa en muchos casos los trabajos más precarios y el más temeroso de entrar en huelga y la última capa, muchos de los cuales son parte de los trabajadores más radicalizados, podríamos decir una tercera juventud, de 28 a 35 años, que mayoritariamente dependen económicamente de sus familiares, hoy sostienen el conflicto en ramas como la de los refineros, donde algunos de ellos son delegados. Las encuestas que, a su vez muestran que los sectores más dispuestos a ir hasta el final están entre los más jóvenes, en especial entre empleados y obreros.

c) la combinación de huelga indefinida entre trabajadores públicos y privados -incorporándose recientemente los camineros con acciones escargot (“caracol”) que entorpecen el tránsito y los bloqueos a refinerías, depósitos de petróleo y empresas- con la entrada explosiva de la juventud secundaria (más lentamente los universitarios), pone al conflicto en un nivel superior que mezcla manifestaciones de masas, paros indefinidos en sectores y agitación juvenil con brotes de violencia, transformándolo en un conflicto eminentemente político que compromete a las direcciones sindicales que no saben cómo salir del mismo y que han visto con malos ojos la entrada de la juventud secundaria. Es evidente que la lucha contra la reforma de las jubilaciones ha actuado como catalizador de todas los padecimientos y sufrimientos de las masas, exacerbados por las crisis, en el marco de un profundo odio anti sarkozysta; esa derecha desacomplejada que quería transformar el país y terminar con el síndrome del ‘68 y, por el contrario, lo está avivando como nunca desde que la clase obrera sufriera un norme retroceso en su organización y su conciencia, durante los años de la ofensiva neoliberal que se impuso sin grandes derrotas después del fracaso del Gran Sueño.

d) La tendencia al desborde de las direcciones sindicales, que se han visto obligadas a acelerar el ritmo de las jornadas de acción y han dejado correr las huelgas indefinidas de distintos sectores, pero cuidándose de brindar una perspectiva de conjunto y sin llamar una huelga general indefinida a nivel nacional. Esta situación, ha dejado con el pie cambiado a la CGT, las más importante de las grandes centrales sindicales y la última que pegó un salto hacia el colaboracionismo durante el sarkozysmo, que no alienta la radicalización pero teme separarse de los sectores más radicalizados y más duros, tanto de su central (sectores de ferroviarios, los mismos refineros, opositores a su actual conducción) como fuera de ella, como la central sindical minoritaria, SUD.

Ha sido esta política de las direcciones de no chocar abiertamente con la presión de la base ni con las acciones de los sectores más radicalizados, lo que ha retrasado el desarrollo de organismos de auto-organización. Esta es la principal debilidad del movimiento, que carece por ahora de la más mínima dirección alternativa que pueda sostener un enfrentamiento global con el gobierno. Ni siquiera cuenta con una dirección embrionaria como la que tuvo el movimiento anti-CPE, a través de la Coordinación Nacional, que reunía a los delegados de todas las asambleas y que sostuvo la pelea por el retiro de la ley. El desarrollo de la auto-organización obrera, de asambleas que abarquen cada vez más y más a todos los trabajadores en huelga, a la vez que la búsqueda de la convergencia y la coordinación de los distintos sectores profesionales, se torna decisiva así como el embrete a las direcciones sindicales para obligarlas a ir más allá de donde quisieran ir, o en caso contrario, ir desenmascarando el rol de estas direcciones que todavía gozan de mucho prestigio como muestra el ascenso espectacular de la popularidad de los sindicatos en el conjunto de la población. La otra pata de esta política es luchar en todos los sectores movilizados por un programa avanzado que, partiendo del grito unificador de abajo la reforma, pueda incorporar todas las demandas de la población y de los trabajadores y los jóvenes contra el desempleo, los bajos salarios, los cierres, la precarización, es decir, un programa para que la crisis la paguen los capitalistas y que haga de articulador de la lucha actual de carácter defensivo, a una de carácter ofensivo, si la huelga general indefinida se desarrolla hasta el final poniendo en cuestión al gobierno de Sarkozy. Por último, la organización de piquetes de autodefensa está cada vez más puesta a la orden del día frente a la creciente represión policial al conflicto y la intervención de la gendarmería, no sólo en la juventud secundaria, sino crecientemente a los trabajadores que paralizan sectores estratégicos de la producción, como los trabajadores de las refinerías.

Si Sarkozy no cede, arriesga a quemar el país o a quemar al “soldado Thibault”

El salto en la radicalización de los últimos días impide un cierre fácil del conflicto, como esperaban Sarkozy y las direcciones sindicales. Al primero, no le queda otra que el endurecimiento si no quiere que esta lucha se lo lleve puesto, apostando a romper el frente sindical, entre la dirección de la CGT y los sectores más duros y entre los mismos sindicatos. Lograr que en los próximos días vuelva a haber gasolina en las estaciones de servicio, después de que el gobierno fue tomado por sorpresa con la actual escasez frente al discurso de tranquilidad de los pasados días ante la huelga en las refinerías, va a ser un test difícil que pone en juego no sólo lo poco que le queda de credibilidad sino, y más importante, del control de la situación.

Frente a esta apuesta difícil y arriesgada, que puede exacerbar el enfrentamiento y la radicalización, una gran parte del régimen -representados en el periodismo, Dominique de Villepin en la derecha, los popes del Partido Socialista o en líder reformista de la CFDT, François Chérèque, exigen que el Senado suspenda la votación de la ley y que se embarque en una política de negociación y concertación, un “Grenelle de las jubilaciones” (en alusión a los acuerdos que desviaron el Mayo Francés) para evitar que la situación empeore y abortar las tendencias a la huelga general. Al cierre de este periódico, ésta no es aún la variante más probable debido a la intransigencia del gobierno. Sarkozy arriesga a quemar el país, obligando a las direcciones sindicales a ir más allá de lo que quisieran por miedo a ser sobrepasadas por sectores de la base, o en caso contrario, si estas deciden poner fin al movimiento o votando una pausa en la lucha, quemar a la dirección reformista de la CGT, el “soldado Thibault”, el principal factor de contención del régimen en todo el ciclo de lucha de clases post 1995.

Las direcciones sindicales, en especial la CGT han sido empujadas por la fuerza del movimiento a un lugar que no querían y del cual no saben cómo salir: la CGT no logra elegir entre los reformistas y los radicales. “Las organizaciones sindicales no van a decir alto de un día para otro, no es concebible”, ha afirmado Bernard Thibault el sábado. El jefe de la Central de Montreuil2 quiere dar promesas a su base contestataria, en la vanguardia de las huelgas renovables que lo criticaron por no convocar a una huelga general. Pero también debe evitar hacer estallar su dúo con François Chérèque3 que, según un experto, juzga peligroso continuar, pero no saben cómo salir sin ser considerado un traidor. Al igual que en 2003...”4. En conclusión: Sea cual sea su decisión, la disputa sobre las pensiones dejará rastros. ‘Las centrales reformistas saldrán desacreditadas después de su fracaso para influir en la elección del gobierno, analiza un experto. Y los más radicales saldrán fortalecidos en su estrategia de golpear más fuerte”5. La de Sarkozy podría ser, en el mejor de los casos, una victoria pírrica, que debilitaría enormemente a los lugartenientes del capital en el seno del movimiento obrero francés, unos aliados inestimables frente a los próximos combates que se vienen al calor del rigor y la persistencia de la crisis económica, aumentando el riego de radicalización y de nuevos métodos y programas desde el vamos frente a los mismos.

Lo que está claro es que el octubre de 2010 francés dejará lecciones y trazos indudables para los trabajadores en el próximo período.

1 - Le Monde, 15/10/2010.
2 - Sede de la CGT.
3 - Dirigente de la CFDT, central sindical colaboracionista que en 2003 traicionó abiertamente la lucha de los docentes y otros sectores frente a una primera reforma jubilatoria en el sector público.
4 - « Retraites : les syndicats divisés pour la suite », Le Figaro, 17/10/2010.
5 - Idem.

Argentina. Ante el asesinato de Mariano Ferreyra: Asesinos bajo protección


por : Manolo Romano
Jueves 21 de octubre de 2010



Pasaron más de 6 largas horas del asesinato de Mariano Ferreyra, para que Cristina Kirchner declarara que el gobierno investigará “a los responsables tanto materiales como intelectuales, sean sindicales o políticos”. Pero no vale hacerse ilusiones. Su declaración fue acompañada, paralelamente, de una operación de prensa que contó con los “idiotas útiles” de 6,7 u 8 periodistas difundiendo como reciente una nota del diario El Cronista de un año atrás sobre una reunión de Duhalde con los “gordos” de la CGT José Pedraza de la Unión Ferroviaria y Oscar Lezcano de Luz y Fuerza. El propio Hugo Moyano siguió repitiendo estos argumentos de los servicios K en los programas de TV, al igual que lo hizo Tito Nenna el legislador porteño proveniente de las filas de la burocracia sindical docente.

Una vez que la operación de “desinformación” falló, ahora apelan a la ausencia del propio José Pedraza en el acto de Moyano en River para decir que este sector de la CGT no tiene nada que ver con el gobierno. Los militantes clasistas de ferroviarios saben, sin embargo, que a pesar de la ausencia de Pedraza en el Monumental, la Unión Ferroviaria sí participó en el acto con una bandera que colgaba de una de las tribunas con la leyenda: “100 por ciento peronistas”. Y que esa participación estuvo alentada por el segundo hombre de Pedraza, y responsable del ferrocarril Roca, el “gallego” Fernández y el declarado kirchnerista Pablo Díaz quien justamente fue responsable, en el terreno, de comandar la patota que impidió el corte de vías y luego emboscó a los militantes del Partido Obrero que se retiraban de la protesta.

La pelea entre bandas capitalistas apesta. De un lado, el Grupo Clarín y los medios opositores que tienen el objetivo de debilitar toda organización de los trabajadores, utilizan la sangre de la juventud para lanzar una campaña contra “la violencia sindical”, mezclando en la misma bolsa la emboscada en Barracas con los enfrentamientos entre grupos de choque de la propia burocracia sindical en San Vicente. Del otro, los Kirchner buscaron identificar como responsable a Duhalde para deslindar la responsabilidad política de un gobierno que tiene en la burocracia sindical a su principal sostén. Ayer nomás, en noviembre de 2009, Cristina dio un discurso en defensa del “modelo sindical argentino” nada menos que en la sede de la UF (foto). Es en esa sede de la calle Independencia 2880 donde hay que buscar y meter presos a los responsables intelectuales del asesinato. Pero la Unión Ferroviaria participa del gerenciamiento de la línea Roca, a cargo de la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE), promovida por Julio De Vido para administrar los ramales.

Por ello, no vale hacerse ilusiones. El gobierno que pregona que “no reprime la protesta social” se apoya en una casta privilegiada que sostiene, como lo hizo Pablo Díaz, el burócrata K de la UF que “lo que no hacen jueces y policías lo hacemos nosotros”. Son la policía interna que tiene el movimiento obrero. Que la CGT no haya declarado ni 15 minutos de paro ya delata su complicidad. El castigo a los responsables materiales e intelectuales sólo podrá venir de la mano de la respuesta obrera y popular. Al cierre de esta edición, se preparan acciones de repudio en todo el país. Las organizaciones del sindicalismo base se han puesto a la cabeza como con el paro de dos horas por turno que comenzó en Kraft que, además, cortará la Panamericana, con las medidas de fuerza de los delegados del Subte, con la movilización del Sindicato Ceramista en el marco del paro provincial convocado por la CTA Neuquén. Son estas nuevas organizaciones sindicales y delegados de base, así como la participación del nuevo movimiento estudiantil en las acciones de repudio, junto a los organismos de derechos humanos y la izquierda, los que debemos aunar esfuerzos para que no quede impune este crimen y desterrar definitivamente del movimiento obrero a la lacra de matones a sueldo pagadas por dirigentes millonarios protegidos y alimentados por este gobierno.

El mismo día del crimen en Barracas, la juventud de Francia siguió ocupando las calles en masivas acciones junto a los trabajadores en huelga. Allí sí y no en el lema de los afiches de la CGT se está construyendo la verdadera “hora de los trabajadores” y la juventud combativa.

DEL 24% AL 7%: DE LA NEGOCIACIÓN SECRETA A LAS CALLES, DE LAS CALLES A LA CLAUDICACIÓN AL GOBIERNO

Nuestro balance y perspectivas sobre la lucha por presupuesto universitario:

DEL 24% AL 7%: DE LA NEGOCIACIÓN SECRETA A LAS CALLES, DE LAS CALLES A LA CLAUDICACIÓN AL GOBIERNO

Entre la segunda mitad de 2009 y la primera de 2010 a muy pocos académicos vinculados a las altas esferas de las universidades estatales -sino es que a ninguno-, se les pasó por la mente cuestionar la solicitud de aumento de un 24% por concepto de Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) planteada por el CONARE . Era el momento en que estos señores y señoras “de bien” debían escribir y actuar para cerrar filas junto con las autoridades, que planteaban al gobierno la necesidad del incremento porcentual anterior para poder sostener el crecimiento de la universidad en sus distintos ámbitos.

Estos académicos defensores de la negociación final, que ahora se han multiplicado como los panes y los peces de la biblia, no hablaron en ningún momento en contra de la demanda de 24% como crecimiento del FEES. Se sobreentiende entonces que era una demanda correcta, en la que además, teníamos acuerdo amplios sectores del estudiantado y los trabajadores universitarios. El problema es que bastó que las autoridades agrupadas en el CONARE pactaran un mediocre 7% de crecimiento porcentual del presupuesto, para que hayan comenzado a correr ríos de tinta justificando lo injustificable: que el 7% fue un buen acuerdo, que ese monto es suficiente para que la Universidad siga creciendo (lo hubieran respaldado desde el principio!), y sobretodo que quienes sostenemos que cuando menos había que luchar hasta el final por el 13% creíamos estar “armando la revolución” y desconocemos la situación real de la opinión pública respecto a la Universidad. Esta posición, bajo formas diplomáticas, es asumida por el economista Luis Paulino Vargas (uno de los académicos más representativos de la política del CONARE), quien ridiculiza a quienes aspiraban a luchar hasta lograr una primera victoria sobre el gobierno conquistando el 13%.

La verdad es que ni “la revolución” estaba en juego como intenta decir don Luis Paulino, ni plantear la necesidad de luchar por el 13% implicaba desconocer el sentir de la opinión pública a nivel nacional. Para nosotros lo que estaba en juego primero que todo era un modelo de Universidad al servicio de los trabajadores y sus hijos, y de los demás sectores populares del pueblo costarricense. En segundo lugar, estaba en juego una estrategia que sirviera para que la Universidad con su lucha se convirtiera en ejemplo de resistencia a nivel nacional frente a los planes de ajuste que prepara el gobierno; y por supuesto que la opinión pública (o el sentir de la población hacia la UCR y las otras universidades) era tan solo un elemento de esa estrategia, como se verá al final de este artículo.

Lo que sí hay que afirmar es que los rectores, acostumbrados a la opulencia y a los privilegios materiales negociaron lo suficiente para no perder su status; pero no lo suficiente para mantener y mejorar las condiciones de vida y estudio de miles de trabajadores y estudiantes. La mejor prueba es que desde ya las rectorías (especialmente la de la UCR) tratan de regatear el aumento salarial para los trabajadores para la segunda mitad de este 2010 a un 1.5% (debajo de la inflación), y todavía es incierto si se va a mantener intacto el sistema de becas y beneficios complementarios, en este caso de la UCR; que depende de la existencia de los recursos provenientes del FEES para su otorgamiento.

Ahora bien, si se trata de valorar el comportamiento de las autoridades y sus académicos a sueldo, hay que decir que estos pasaron de cerrar filas contra el gobierno apoyados en la movilización de masas; a cerrar filas con el gobierno en contra de la movilización de masas, los activistas, y las organizaciones obreras y estudiantiles que estuvieron siempre (con política correcta o no) en la defensa del FEES y en la acción contra el gobierno.

Todas las imágenes centrales del capítulo de lucha presupuestaria, y especialmente su cierre, conducen a la conclusión de que las autoridades se han unido al gobierno para estar en mejores condiciones de enfrentar la aguda crisis económica y fiscal en la que está inmerso el país. A diferencia de años anteriores cuando se apoyaban en las organizaciones de los estudiantes y trabajadores de la Universidad, los rectores han dado un giro. Han perdido confianza en el movimiento estudiantil, que demuestra en cada una de las últimas luchas que está dispuesto a ir más allá del límite que le marcan las jerarquías institucionales; por eso ahora Yamileth y sus subordinados se han refugiado en el gobierno como su aliado, por supuesto no sin recelo, pero apuestan a mantener su estabilidad aliados al gobierno de la minería a cielo abierto, de la privatización de los puertos del Caribe, y del ingreso de los 7 mil soldados norteamericanos a nuestras costas.

LA ESTERILIDAD DE UNA POLÍTICA FORMALMENTE “INDEPENDIENTE” 

Desde un punto de vista cronológico la lucha directa por presupuesto universitario (FEES) comenzó solo cuando ya se había extinguido el movimiento en defensa de la autonomía universitaria, que desde abril tomó el centro de la escena en la vida política nacional. O en otras palabras, solo comenzó cuando ya se había extinguido la rabia acumulada como producto de la violación a la autonomía universitaria por parte del OIJ, y cuando prácticamente no quedaban fuerzas movilizadas en la calle o la propia casa de estudios que amenazaran con llevar a las autoridades más allá de lo que ellas querían.

Hemos dicho reiteradamente que las autoridades condujeron “a nada” la lucha en defensa de la Autonomía Universitaria: la mejor evidencia es que Jorge Rojas sigue tranquilamente como Director del OIJ, los agentes que violentaron el campus de la UCR siguen impunes, y los ciudadanos costarricenses normales reivindican la acción de la policía de élite del país pues “perseguían” a un corrupto. Además se descubrió por fin que “la UCR no es el Vaticano” y que cualquiera puede ingresar a hacer todo cuanto quiera en cualquier momento, especialmente el OIJ. Pero esta no es toda la evidencia, lo más grave es que ni el abogado Willy recuperó los dientes que perdió enfrentando a los agentes judiciales, ni se revirtieron las demandas interpuestas contra los trabajadores y estudiantes que protagonizaron el enfrentamiento, es decir, todavía pueden ser procesados judicialmente.

Las autoridades (a pesar de disponer de buena fuerza movilizada que podía aprovecharse para luchar por el FEES) prefirieron quedar como protagonistas del circo (especialmente Yamileth González) y frenar una lucha bastante prometedora. En cuanto vieron que despuntaba un sector por izquierda fuera de su tutela, corrieron a cerrar la coyuntura –y hay que decirlo-, apoyados en la federación y el sindicato universitarios en distintos momentos.

La política del SINDEU y la FEUCR durante todo un período (en los hechos)

No se puede explicar la situación política actual en la UCR, signada por el fortalecimiento de las tendencias a la derecha y la desmovilización obrero-estudiantil únicamente partiendo de los últimos meses, o peor aún, de las últimas semanas. La debilidad para haber llevado una lucha seria por presupuesto hasta el final, en el marco de un movimiento obrero-estudiantil independiente es en buena medida producto de una política sistemática de capitulación por parte de las dos principales organizaciones del movimiento universitario: el SINDEU y la FEUCR, dirigidas respectivamente por el PRT y el MAS.

Es que más allá de los tempranos mitines organizados por la FEUCR desde el 2009 para pedirle a las autoridades que decretaran paros activos para defender el presupuesto, podría decirse que su política se redujo durante un período importante a “hacer presión” sobre la Rectoría, a hacer críticas de procedimiento (sobre la forma en que era negociado el FEES), pero no precisamente a desarrollar un fuerte movimiento independiente, y mucho menos, a desarrollar un movimiento que rompiera con las autoridades y las obligara a tomar el camino de la movilización en defensa del presupuesto.

Para el caso del SINDEU (co-dirigido por el PRT), este se dedicó durante buena parte de 2009 y casi toda la primera mitad de 2010 a escuchar los informes de Yamileth sobre las negociaciones, y a actuar eventualmente como consejero de la mejor forma en que debía negociarse el presupuesto para las universidades estatales (todavia en los dias finales de la lucha siguieron este curso por ejemplo pidiendole asambleas a la Rectora).

Tanto la FEUCR como el SINDEU, durante buena parte del período de negociación del presupuesto, así como durante la lucha en defensa de la autonomía de la UCR; NUNCA hicieron una intervención pública durante las movilizaciones unificadas para deslindarse de las autoridades, ni siquiera para resaltar la diferencia de intereses entre las jerarquías ultraprivilegiadas de las universidades estatales (y centralmente de la UCR), y los intereses de los trabajadores docentes y no docentes que sostienen la casa de estudios. Nunca se demarcaron, pensamos nosotros que posiblemente por miedo a asustar a las autoridades y que con esto se generara un mal ambiente entre los trabajadores y los estudiantes, que son los que los eligen anualmente tanto para el sindicato como para la federación.

Durante la lucha en defensa de la autonomía las autoridades coparon absolutamente todo el espacio en la dirección política, con la impotencia de la federación estudiantil y el sindicato como testigos; y la historia se repitió crudamente en el capítulo del presupuesto, únicamente con resultados más escandalosos y preocupantes hacia el interior de la Universidad y el movimiento universitario.

El “Encuentro Popular del SINDEU” en abril y la política de no romper con las autoridades

A pesar de los “encuentros populares” convocados por el SINDEU en el marco de la defensa de la autonomía, tales encuentros estuvieron teñidos siempre por la conciliación con las autoridades universitarias, y aquellos acuerdos que por su carácter podían complicar la relación entre sindicato y “administración” fueron excluidos. Un ejemplo contundente es que en un encuentro realizado el sábado 17 de abril donde participaron decenas de organizaciones estudiantiles y sindicales, se votó por acuerdo mayoritario ir a huelga universitaria a partir del 29 de abril, conjuntamente estudiantes, los trabajadores de JAPDEVA y sobretodo los docentes de secundaria que comenzarían el enfrentamiento contra la Ley de Empleo Público encabezados por APSE.

Como era natural en esos días de abril la prensa empresarial del país rodeaba los acontecimientos universitarios con una atención especial, por eso después del encuentro del 17 el SINDEU que era el convocante envió los acuerdos votados a la prensa (a La Nación), y entre otros puntos eliminaba de la lista de acuerdos el llamado a sumarse desde la UCR a la huelga nacional convocada para el 29. La maniobra del SINDEU y el PRT era clara: no podía incluirse un acuerdo de ir a huelga (de manera independiente) pues las autoridades no lo habían avalado y eso podía complicar el clima de “unidad” que prevalecía, a costa de mantener a trabajadores y estudiantes como furgón de cola de los académicos que dirigen la Universidad. Esto más allá de que luego de varios días incorporaran por pura formalidad el punto excluido, pero sin tomarlo como una tarea urgente e inmediata.

Pero más allá de lo simbólico de evitar convocar a una huelga de forma independiente (aunque llevara a exigir a las autoridades comenzar la lucha en defensa del presupuesto universitario), lo que sí no fue simbólica fue la actitud del sindicato y la federación el mismo 29 de abril. Ese día mientras miles de docentes convocados por APSE se movilizaban en la capital y decenas de trabajadores de JAPDEVA salían a bloquear caminos en Limón, con una salvaje represión que dejó unos 25 detenidos; la UCR no se sumaba activamente a las movilizaciones, quedando expectante de una dinámica jornada de lucha que involucró a numerosos sectores.
Aunque el SINDEU y la FEUCR intentaron capitalizar lo sucedido desde abril, lo hicieron durante la mayor parte del tiempo con una estrategia combinada de “presión” y conciliación con las autoridades universitarias, desaprovechando importantes oportunidades de generar un gran movimiento independiente sobre la base del desenmascaramiento de la política de la Rectoría. Si bien como revolucionarios no negamos la necesidad de movilizaciones unificadas con las autoridades, lo que criticamos es la política de seguidismo a estas, subordinando a trabajadores y estudiantes a una jerarquía privilegiada que no tiene ningún interés en luchar seriamente.

Despuntes por “izquierda” en la lucha de tendencias sindicales, y el giro formal hacia la "independencia" política

Bajo el efecto de las primeras fricciones entre el MAS y el PRT después de la lucha en defensa de la autonomía, la tendencia “Unidad Sindical” comenzó a criticar al PRT y al SINDEU por no mantener en los hechos la independencia política respecto a las autoridades en la naciente lucha por presupuesto. Esta crítica de parte de “Unidad Sindical” resultó extraña en su momento, pues sus inspiradores (del MAS) que también dirigen la FEUCR, mantenían una política completamente ajena a la independencia política respecto a las autoridades desde la FEUCR.

Este planteamiento, en el cual habíamos insistido siempre desde la LRS junto a la huelga general universitaria nos pareció progresivo, pues no solo retomaba planteamientos nuestros a lo largo de numerosas asambleas y movilizaciones; sino que creímos que podía servir para hacer desprender un sector de trabajadores y estudiantes por la base, fuera del control de las autoridades. Pero lamentablemente nos equivocamos: el PRT comenzó a agitar el tema de la independencia y la autonomía del SINDEU respecto a las autoridades, pero únicamente como respuesta defensiva a las críticas del MAS, mientras seguían a la zaga de la Rectoría pidiéndole a “la compañera Yamileth” que “no aflojara”. Mientras tanto el MAS aunque avanzó luego en el planteamiento de la independencia política, tanto desde su tendencia “Unidad Sindical” como desde la FEUCR, lo hizo bajo el signo de los zig zags y sin romper definitivamente con la Rectoría; más allá de los gritos de la hija del Ministro de Hacienda (presidenta de la FEUCR) a Yamileth González en la asamblea general de funcionarios convocada por la Rectora durante la primera semana de lecciones, y luego en la irrupción en la sesión del Consejo Universitario a fines de agosto.

Tanto el PRT como el MAS, con responsabilidades de dirección en la UCR no dieron la talla, ni supieron aprovechar las múltiples oportunidades que existieron en la primera mitad del año para desarrollar un fuerte movimiento independiente desde la base. Cuando desde la LRS propusimos en diversas asambleas organizar un movimiento desde abajo con delegados votados por escuela y facultad en la perspectiva de desarrollar la huelga universitaria, no hicieron más que actuar en contra de esta política.

Es que aunque formalmente el MAS y el PRT dieron un “giro a izquierda” en el tema de la “independencia”, ambas organizaciones anduvieron a la rastra de las autoridades o los sectores más conciliadores a lo largo de todo un período. Dos ejemplos pueden ser claros en ese sentido: en el caso del MAS este grupo pasó todo el tiempo conciliando con las autoridades, y por extensión, con un sector estudiantil vinculado al Frente Amplio (FA) , vinculado profundamente a la Rectoría y a la plana mayor de la administración universitaria; todo en nombre de “construir un partido de combate”. Esta política tuvo su condensación en el llamado del MAS a votar por el FA en las elecciones nacionales de febrero de 2010 donde lo que primaba no era un programa de independencia de clase o profundos acuerdos en la Universidad donde se concentran estos grupos; sino los cálculos del MAS de “engordar” sus filas con un sector del FA que tiene presencia en la UCR. Para estos momentos como es lógico, el MAS no denunciaba a las autoridades, ni mucho menos a “los progres” como lo hizo en la última etapa de lucha por el FEES; pues se trataba de cooptarlos, sin importar sobre qué política.

En cuanto al PRT, aunque mantuvieron una posición correcta en términos generales en las elecciones nacionales; no fue lo mismo a nivel universitario, donde consecuentes con su corporativismo sindical, se pasaron durante muchos meses subordinados a los informes de la Rectora y las autoridades de conjunto, sin plantear una sola alternativa de salida independiente al tema del presupuesto.

Aunque sabemos que este balance no será compartido a priori por estas dos organizaciones y sus dirigentes, y por algunos activistas independientes que forman parte de su periferia, tenemos la obligación de explicar las que creemos son las causas de la derrota en la lucha por presupuesto a quienes leen nuestras ideas y saben decimos la verdad, aunque sea cruda.

Las tomas de edificios en la lucha por el FEES

Luego de las grandes movilizaciones de agosto protagonizadas por los estudiantes de las cuatro universidades estatales, los jerarcas agrupados en el CONARE acordaran con el gobierno (como podía esperarse) un porcentaje muchísimo menor al que sus propios estudios habían respaldado originalmente (de un 24% de exigencia pasaron a aceptar un 7%). Esto provocó un enorme malestar, y varios sectores de compañeros y compañeras independientes junto a la federación y el sindicato reunidos en asamblea, acordaron llevar adelante la toma del edificio de Rectoría; mientras que otro grupo, completamente independiente del sindicato y la federación definió tomar el edificio de Ciencias Sociales.

Tal como sucedió en la UNA con la toma de varios edificios (Rectoría, Ciencias Sociales y Filosofía), lo ocurrido en la UCR demostró una gran voluntad combativa por parte de un sector de activistas independientes, que no tienen necesariamente relación orgánica con las organizaciones de izquierda dentro de la universidad; pero que tenía el deseo de luchar hasta el final.

Es por esto que ambas tomas eran una excelente oportunidad para organizar a estos compañeros, comenzando por formar un espacio abierto y democrático que incorporara a nuevos sectores y generalizara las ocupaciones alrededor de un plan y una política de largo alcance, votando en cada escuela y facultad delegados que levantaran sus propias banderas reivindicativas, fortaleciendo el movimiento.

Desde la LRS participamos parcialmente en las tomas de los últimos tres días de actividad, pero luchando en todo momento por una política que evitara que las ocupaciones quedaran reducidas a un fin en sí mismo y aisladas consecuentemente. En otras palabras, propusimos siempre una orientación para ganar la simpatía a nuestra lucha a nivel nacional, y vincular a otros sectores de estudiantes y trabajadores a través demandas como la expulsión de las tropas norteamericanas de Costa Rica, o retomar la lucha contra la Ley del Empleo Público; pero esta vez de manera unificada y con un clima de ocupaciones que se desarrollaba por fuera de la tutela de las jerarquías universitarias.

Lamentablemente la orientación de los compañeros de la FEUCR (MAS) y el SINDEU (PRT) no iba en este sentido, como demostró su oposición a vincular el eje de la “militarización” en esta lucha; creyendo que iban a mantener en pie de lucha al resto de compañeros tan solo con incontables asambleas diarias, montadas prácticamente sobre guiones preestablecidos y rechazando por todos los medios a su alcance las propuestas tendientes a pensar la situación estratégicamente, no precisamente en función de las horas o los días, como pensaban la política los dirigentes del MAS, el PRT (y la JS) en un solo bloque.

El escandaloso respaldo a un acuerdo capitulador

La ausencia de una política de lucha no fue el único aspecto sobre el que valdría la pena reflexionar, y que da pie para pensar que lo que primaba era una visión de usar estas importantes acciones como plataforma electoral por parte de los compañeros de los otros grupos.

Siguiendo al pie de la letra la maniobra que el gobierno y las autoridades universitarias realizaron para desmontar las tomas y el bloqueo en la UNA, el MAS y la JS impulsaron enérgicamente y con una sospechosa prisa (apoyados en el silencio del PRT) la firma de un acuerdo con las autoridades, en el que estas supuestamente se comprometían entre otras cosas a garantizar becas, puestos de trabajo, y otras garantías de los estudiantes y trabajadores. Esto como tratamos de explicar no significaba ningún tipo de garantía, pues ya los rectores en comunicados internos y en la prensa, venían diciendo que todo eso podía alcanzarse con el 7% que firmaron con el gobierno.

En otras palabras, estos acuerdos eran un respaldo directo al acuerdo del CONARE, y a la vez el mecanismo usado por el gobierno y las autoridades para recuperar la “normalidad” dentro del campus sin mayores problemas.

Lamentablemente el acuerdo también fue respaldado (con algunas variantes como abrir espacios de discusión con la Rectoría para que “justificara” el presupuesto acordado) en la toma de Ciencias Sociales, donde además de activistas independientes y asociaciones de estudiantes, participaron grupos “anarco-autonomistas”.

La firma de estos acuerdos, presentados por ciertos aparatos estudiantiles y sindicales como un “avance”, en realidad corresponden a la imposición lisa y llana de la política del gobierno (por medio de las Rectorías) al seno de las Universidades, y vergonzosamente muchos grupos, desde los más moderados hasta los más “radicales” terminaron aceptándola.

El plan de acción para que la lucha por presupuesto se desarrollara y avanzara hacia la victoria sobre el MEP y el gobierno

A lo largo de estas líneas la intención ha sido avanzar en una reflexión que ayude a explicar cómo después de haber estado tan “bien” en la Universidad, ahora es que estamos tan “mal”. Es decir, cómo después de tan importantes movilizaciones en defensa de la autonomía y luego en defensa del presupuesto (de las más grandes en existencia de la UCR); ahora la Universidad se encuentra a la defensiva frente a la opinión pública nacional, padeciendo una aguda desmovilización y desorganización; con una centroizquierda institucional asomando la cabeza, y una derecha fortalecida notablemente.

Como marxistas creemos que esta situación desfavorable no era inevitable, y que más bien la lucha podía avanzar hasta desarrollarse y conquistar la simpatía de importantes capas de los trabajadores y el pueblo costarricense a condición de dotarse de una política correcta.

La movilización por un presupuesto justo para las universidades debía librarse huyendo del corporativismo que desafortunadamente corroe el movimiento obrero y estudiantil costarricense. Al contrario del razonamiento de intelectuales como Luis Paulino Vargas, que plantea que no se podía luchar hasta el final por un 13% porque no había preparación y porque el pueblo costarricense podía ver mal que le dieran tanta plata a las universidades; desde la LRS creemos que la UCR debía dar el ejemplo en el enfrentamiento contra los recortes del gobierno y así colocarse como abanderada de la lucha por las causas obreras y populares.
Como lo sostuvimos en numerosas asambleas y volantes, le correspondía al sindicato y a la federación colocarse a la vanguardia por ganar la simpatía de los trabajadores y oprimidos costarricenses; tomando sus demandas, como por ejemplo la oposición a los despidos en la empresa privada, las rebajas salariales, etc; que siguen afectando a miles de trabajadores en el país.

Pero no solo era necesario colocar a la UCR como el símbolo de la resistencia contra los ajustes del gobierno y los empresarios, sino que era necesario explicar pacientemente la necesidad de una gran alianza de sectores subalternos para enfrentar el nuevo período que se viene, donde posiblemente agudice la crisis en Estados Unidos, y de manera directa en Costa Rica; lo que pondrá a la orden del día nuevos despidos masivos, recortes en el presupuesto social, y ataques de todo tipo sobre los trabajadores. A las autoridades no les interesó, y tampoco al sindicato y a la federación, pensar la política en esa perspectiva; sino solo en función de los intereses del momento.

Pero esto no es todo: también era necesario llamar a los trabajadores organizados en APSE a sumarse a la lucha, apoyando las reivindicaciones universitarias y sumando demandas propias con tal de golpear gravemente al Ministerio de Educación Pública que en todo momento apostó a dividir a los universitarios de los secundarios, bajo el argumento de que el aumento para las Universidades desfinanciaría los colegios públicos.

Este llamado era posible, tomando en cuenta que en el Congreso “Beatriz Ferreto” de APSE se acordó apoyar la lucha presupuestaria de las universidades públicas. Por eso era necesario llamar a los dirigentes del sindicato a que actuaran coherentemente con lo votado en ese Congreso. Esta presión y llamado a sumarse a la lucha le correspondía en primer lugar al sindicato y luego a la federación universitarias, que en los momentos más álgidos olvidaron a sus principales aliados, los trabajadores del magisterio que ya han reflejado disposición a movilizarse en estos últimos años y meses.

En síntesis, las luchas no debían desvincularse unas de otras, o sumarse mecánicamente en función solo de acumular reivindicaciones en el mejor de los casos: era necesario soldarlas alrededor de una causa de impacto a nivel nacional como la expulsión de las tropas de Estados Unidos de Costa Rica, ya que no solo es un tema inédito en la historia nacional, sino que existe en el país una conciencia “pacifista” muy arraigada, de desprecio por lo militar y por las guerras, que puede servir de detonante para generar un gran movimiento.

A pesar de las modestas fuerzas de que dispone la LRS, en todo momento intervinimos en congruencia con esta estrategia. Quizás por tener la “fortuna” de no estar totalmente adaptados a los tiempos pacíficos de la lucha de clases (con sus elecciones sindicales y estudiantiles regulares, numerosas tareas administrativas absorventes, etc), pudimos plantear este plan de acción, que era viable no solo para conquistar nuevos aliados en la lucha por presupuesto; sino para ganar la simpatía del conjunto de trabajadores a nivel nacional y generar un gran movimiento que sirva para echar al imperialismo yanqui de nuestras costas.

Solo de esta manera era posible revertir el clima desfavorable de la opinión pública hacia la UCR, no precisamente dejando de luchar como plantean algunos intelectuales, sino soldando una alianza con otros sectores que se incorporaran a la movilización.

Si bien es cierto merecería una nota completa por aparte, valdría la pena hacer un análisis de la última lucha desarrollada en defensa de las condiciones de estudio por los estudiantes secundarios y universitarios argentinos; que en tan solo quince días en el mes de agosto, pasaron de ocupar dos colegios en Buenos Aires a más de 30, sosteniendo las ocupaciones a lo largo de dos meses; logrando que se incorporaran a su lucha los universitarios (que ocuparon las facultades de Ciencias Sociales, Medicina, Derecho y otras de la UBA); y sobretodo importantes contingentes de trabajadores, como los autopartistas de la ciudad de Rosario que libran una importante lucha contra los despidos, o los obreros de la fábrica Kraft de la zona norte del Gran Buenos Aires. Esta tarea de reflexión internacionalista es básica si se pretende preparar las luchas del futuro, y aún más importante, su victoria.

Como siempre, no faltará quien trate de tirar a la basura las lecciones del movimiento estudiantil argentino o de cualquier parte del mundo, invocando tradiciones diferentes en Costa Rica y otro tipo de cuestiones; pero lo que resulta claro es que el movimiento estudiantil en Argentina solo pudo mantenerse en pie y fortalecerse durante más de dos meses (y no durante tres días de ocupaciones) apoyado en una sólida estrategia de independencia de las autoridades y el gobierno (preparada meticulosamente desde el inicio de las movilizaciones), y en vez de quedarse aislado en las reivindicaciones de cada colegio o facultad, avanzaron en soldar una potente alianza entre secundarios y universitarios; sumando además las demandas de la clase obrera argentina, en buena medida expresadas en la lucha de los trabajadores de SIDERAR (la autopartista) y de Kraft Foods.

El fortalecimiento de la derecha, las elecciones federativas y la salida de fondo para recomponer al movimiento estudiantil

Si algo quedó claro con la pasada coyuntura de lucha por presupuesto universitario fue el fortalecimiento de la derecha universitaria y el surgimiento de nuevas tendencias políticas vinculadas a las autoridades; en el marco de un debilitamiento y aislamiento creciente de la FEUCR (MAS) respecto al estudiantado de conjunto.

La derecha agrupada en JUNTOS (centralmente impulsada por el PLN) aprovechó que la lucha no avanzó hasta el final y que sufrió una derrota para obtener más resonancia en sus ataques contra la FEUCR, al mismo tiempo que aprovechaba el distanciamiento entre la Rectoría y la propia federación. Con muy buen cálculo político JUNTOS organizó una sistemática campaña contra la FEUCR, acusando con odio a su Presidenta como culpable de la situación vivida por la Universidad.

Las autoridades de inmediato comenzaron un operativo por impulsar algún agrupamiento vinculado a ellas, y apoyándose en los sectores más moderados del reformismo costarricense, impulsaron la agrupación “Progre”, una coalición de activistas independientes encabezados por el Frente Amplio y otras organizaciones.

En este escenario, por primera vez en casi 6 años el MAS se arriesga a perder la FEUCR; ya sea a manos de la derecha, o bien de los “Progres”, que representan una carta que las autoridades no necesitaron utilizar durante casi 6 años de buenas relaciones con la tendencia electoral Convergencia impulsada por el MAS (y en el último período llamada Gente U).

La crisis política que vive a nivel nacional el movimiento de masas se ha refractado en la UCR, y esta a su vez ha impactado en las agrupaciones políticas universitarias. Desde ese punto de vista la alianza entre los partidos electorales impulsados por el MAS (Gente U) y la JS (Voz Alternativa) no muestra fortaleza, sino la debilidad de un grupo que ante la amenaza del perder el aparato (o la imposibilidad de seguirlo manteniendo) apuesta por utilizar a un grupo menor para captar algunos votos.

En el caso concreto de las elecciones federativas es necesario aclarar que estamos categóricamente en contra de que la derecha vuelva a dirigir la Federación de Estudiantes, y por supuesto en contra de que “los Progres” totalmente comprometidos con las autoridades, dirijan la principal organización estudiantil oficial de la UCR. Sostenemos que un regreso de la derecha a la Federación significaría un importante retroceso político y organizativo en la Universidad, especialmente porque es obvio que la derecha volcaría todo el peso del aparato no para organizar sino para combatir al movimiento estudiantil; así como para apoyar el programa de los patrones y el gobierno y extenderlo a la Universidad. La derecha colocaría a la FEUCR al servicio de la minería a cielo abierto, de los recortes presupuestarios en el sector público, del ingreso de tropas y quizá de bases militares al país; y de una verdadera ofensiva contra los trabajadores de Costa Rica.

En el caso de que los “Progres” dirijan el aparato federativo, significaría que las autoridades tendrían la posibilidad de utilizarlos como correa de transmisión para imponer los planes de ajuste del gobierno sobre la educación, con una cobertura de grupo “Progresista” pero moderado, en el marco de una difícil situación política y económica a nivel nacional. Aunque no actuarían como la derecha, los progres tendrían que asumir el programa que la rectoría les imponga, en el contexto de las buenas relaciones con el gobierno; y esto incluye continuar con la campaña de persecución y criminalización de estudiantes que participaron de las recientes luchas; campaña levantada por el Consejo Universitario y la Rectoría.

Es por todo esto que a pesar de tener importantes diferencias tanto con el MAS como con el PRT y la JS, tanto en lo que tiene que ver con la política nacional como a nivel de la Universidad; partimos de que uno de los mayores peligros lo constituye la vuelta de la derecha proburguesa a la dirección del aparato federativo, o en el mejor de los casos la victoria de la “centroizquierda” progre; vinculada al partido (FA) que no solo fue partícipe de llevar la lucha en defensa del FEES a la derrota, sino que votó en el Congreso la Ley Antiterrorista y otras medidas abiertamente reaccionarias.

Aunque nos parece que el agrupamiento “Alerta” (donde participa el PRT con una mayoría de activistas independientes de Trabajo Social) tiene variados elementos positivos políticamente, como el hecho de transcender parcialmente las elecciones universitarias o impulsar las causas de la mujer; asi como el programa politico mas claro de los partidos que se presentan para las presentes elecciones; creemos que es un agrupamiento que no tiene la fuerza suficiente para disputar la dirección universitaria a la derecha. Es por eso que creemos que en las presentes elecciones es urgente cerrar filas frente a la derecha votando críticamente por Alerta o Iniciativa.

ES NECESARIA UNA AGRUPACION UNIVERSITARIA INDEPENDIENTE, PRO-OBRERA, ANTIIMPERIALISTA E INTERNACIONALISTA QUE LUCHE POR UNA UNIVERSIDAD AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES Y LOS OPRIMIDOS

Es nuestra obligación advertir que independientemente del triunfo o la derrota electoral de la coalición impulsada por el MAS y la JS, es necesario hacer un profundo balance de las últimas luchas, y especialmente de las “pequeñas derrotas” que ha sufrido el movimiento obrero-estudiantil; desde luego en la perspectiva de impulsar un gran movimiento universitario independiente, que sea profundamente pro-obrero, antiimperialista e internacionalista y que ponga todas sus fuerzas en la pelea por una universidad al servicio de los trabajadores y los oprimidos de Costa Rica.

Las jornadas de lucha por presupuesto pusieron de relieve que existe un importante sector de activistas independientes dispuestos a la organización y la movilización, y no necesariamente solo en función de una política corporativista. Son sectores que en muchos casos no son influenciados ni por la FEUCR, ni por el SINDEU, y tienen vínculos parciales con asociaciones estudiantiles, lo que puede ser positivo.

Es importante que más allá de las elecciones en la UCR, estos sectores independientes parcialmente pro-obreros al apoyar la lucha unificada con los trabajadores, antiimperialistas al oponerse a la entrada de las tropas de los Estados Unidos; e internacionalistas; confluyan en el marco de una gran agrupación estudiantil.
Desde la LRS hacemos un llamado a formar una gran agrupación universitaria que tenga como protagonistas a los activistas independientes, que se dote de un programa para apoyar las luchas de los trabajadores, para expulsar las tropas de EE.UU de Costa Rica, para la lucha internacionalista por ejemplo en defensa de las conquistas de la revolución cubana contra el bloqueo imperialista y los planes de restauración; en el marco de acumular las fuerzas necesarias para convertir a la UCR y al conjunto de universidades en verdaderas fortalezas al servicio de la clase obrera y los oprimidos.

Bajo el riesgo de que estos activistas dispersos retrocedan políticamente y caigan en la desmoralización y la apatía, es necesaria su organización y fusión en una organización universitaria, que dotada de un programa correcto; de alguna forma sirva como puente para preparar la construcción de una gran organización obrera y revolucionaria en Costa Rica.


[1] Los Rectores agrupados en el CONARE planteaban como exigencia un 24%, amparados, según ellos en estudios e investigaciones científicas sobre los gastos y proyecciones de crecimiento de las cuatro universidades estatales. Curiosamente estos serios estudios dejaron de serlo en el momento de la verdad, cuando se definía en el contexto de una lucha histórica en las calles la suerte del presupuesto universitario.
[1] Según el Reglamento de Becas y Otros Beneficios al estudiante, la Universidad otorga las becas y otros “beneficios complementarios” como la alimentación, reubicación geográfica o gastos para transporte únicamente en la medida de las posibilidades; es decir no son derechos, sino que dependen de si las autoridades dicen tener o no presupuesto. Esta es la parte más incierta, pues una fracción del presupuesto del FEES  para los próximos años dependerá de la recaudación de nuevos impuestos, extraídos de los brazos posiblemente de los trabajadores y el pueblo pobre de toda Costa Rica.
[1] Entre los asistentes estaban representantes de asociaciones estudiantiles, grupos políticos de izquierda, y sobretodo algunos sindicatos que se hallaban en lucha en ese momento, como SINTRAJAP de Limón; o APSE, la segunda organización docente en importancia del país.
[1] Desde el momento en que la lucha en defensa de la Autonomía demostró tener potencial para cohesionar y movilizar en gran escala a una buena parte de la comunidad universitaria, fuimos los primeros en plantear la necesidad de una gran huelga general (de la UCR y las otras Universidades) para defender la Autonomía, así como vincular la lucha con otras demandas sobre la mesa. Esta política la llevamos adelante desde masivos volantes repartidos en marchas, hasta en las asambleas estudiantiles en que participamos. Desde luego, nunca estuvieron de acuerdo ni la Federación ni el Sindicato con llamar a huelga universitaria, es más; atacaron en todo momento esa perspectiva, aduciendo que no habían posibilidades, precisamente cuando la comunidad universitaria despertaba vigorosamente después de tres años de inmovilidad, y sobre todo de una negociación por presupuesto en curso (que no se atrevían a vincular con las movilizaciones por la “Autonomía”).
[1] Este sector estudiantil, vinculado al FA, forma la base de la agrupación de “Los Progres”, la cual es apadrinada por un sector del Consejo Universitario y la Rectoría, donde tienen presencia figuras como el politólogo Alberto Cortés.
[1] Valga la oportunidad para citar que la orientación de la JS consistió en adaptarse de manera oportunista a la política del MAS, y en menor medida del PRT; evidentemente con fines electorales.
[1] Comunicado electrónico de Yamileth Gonzalez, http://www.ucr.ac.cr/noticias/2010/08/26/la-rectora-informa-a-la-comunidad-universitaria.html

martes, 19 de octubre de 2010

Huelgas y movilizaciones en Francia Contra la reforma jubilatoria de Sarkozy, masivas huelgas y movilizaciones sacuden Francia. Claves de la PolÌtica Internacional: Especial sobre la huelga del 12 de octubre.

Las tendencias a la radicalización amenazadas por las direcciones sindicales traidoras: Histórica jornada de manifestaciones en Francia



por : Ciro Tappeste , Juan Chingo

Jueves 14 de octubre de 2010


Después de tres jornadas de movilizaciones contra la reforma de las jubilaciones desde el final del verano europeo (7 y 23 de septiembre y 2 de octubre), el gobierno apostaba a un retroceso de las manifestaciones, más aún tomando en cuenta que el Senado terminó votando apresuradamente los principales artículos de la ley para que Sarkozy pudiera mandar un claro mensaje a la opinión pública: “ya está todo decidido, no hace falta que se manifiesten, ya se votó la ley”. Sin embargo la jornada de huelga y manifestaciones en Francia el 12 de octubre fue histórica. A pesar de las diferencias entre los datos comunicados por el ministerio del Interior y los sindicatos, ambos concuerdan en recalcar un aumento del número de manifestantes respecto al pasado 23 de septiembre, esto es 1,23 millones de manifestantes para la policía y 3,5 millones según los sindicatos, siendo la movilización más numerosa en los últimos 20 años (ver cuadro). Si el número de huelguistas se mantiene en el sector público, con un 30% de acatamiento, la gran novedad son los llamados al paro por tiempo indeterminado en varios sectores y la entrada en escena de la juventud.
 
La entrada en escena de los secundarios

Los estudiantes secundarios y universitarios, son un sector clave que participó en todos los grandes movimientos sociales anteriores, con un protagonismo central en 2006 durante la lucha contra el Contrato de Primer Empleo (CPE) de Villepin y cuya entrada en la lucha temía el gobierno. En varias universidades (Rennes II y Marsella, París-Tolbiac, París-8, Estrasburgo, etc.), se organizaron concurridas asambleas para decidir las acciones que habría que emprender ni bien comenzadas las clases esta semana. En más de 300 liceos secundarios hubo bloqueos o piquetes estudiantiles que permitieron que varias columnas de secundarios se sumaran a las marchas en distintas ciudades. La entrada de este sector ha sido duramente cuestionada por el gobierno, que acusa a la extrema izquierda y a sectores del Partido Socialista (PS) de manipularlos. Es que, como dice un responsable del orden público en una gran ciudad de provincia: Con los secundarios, forzosamente menos encuadrados que los adultos en los cortejos sindicales, todo se vuelve impredecible [1]. En particular, el ministerio de Educación y el Elíseo temen los bloqueos y la violencia que acompañan a menudo la movilización de los jóvenes [2]. Pero lejos de toda manipulación, la entrada de los secundarios (y posiblemente de los universitarios si el movimiento prosigue algunas semanas) responde a causas profundas. Además de la degradación de la escuela pública, los jóvenes rechazan el empeoramiento de las condiciones de entrada en la vida profesional y en la adultez. Los secundarios y universitarios saben que 23% de los menores de 25 años están sin empleo (10% más que el promedio europeo), cifras que se agravan en los barrios populares donde uno de cada dos jóvenes está en la desocupación. También saben que aquellos que tienen la suerte de tener un empleo trabajan en condiciones cada vez más precarias, a la vez que la explosión de los precios inmobiliarios en los últimos 30 años hace ilusoria la aspiración de vivir en una casa independiente. Ni qué decir de la violencia cotidiana a la que son sometidos por la policía o en los propios colegios por la obsesión por el uso de uniformes o por el endurecimiento de los reglamentos internos de los liceos y la negación de derechos de los secundarios. En éste marco, el alargamiento de la edad jubilatoria no sólo es visto por ellos como un aumento de la carga laboral para sus familiares, sino que hace a la vez más complicada y más tardía aún su entrada al mercado laboral.

Las tendencias a la radicalización: paro indefinido en sectores clave

En varios sectores laborales se lanzaron llamados al paro por tiempo indeterminado contra la reforma. Es el caso del transporte público urbano, de los ferroviarios de la SNCF, del sector de la energía y sobre todo de la química con la gran mayoría de las refinerías francesas paradas por los trabajadores, lo que podría llegar a generar un desabastecimiento de combustible en varias zonas del país. A esto es necesario sumar regiones enteras en las cuales el movimiento huelguístico contra la reforma de las jubilaciones, conjuntamente con demandas específicas por condiciones de trabajo como la reforma de los puertos, están paralizadas desde hace días y hasta más de dos semanas en el caso de Bouche-du-Rhône, la zona de Marsella (segunda ciudad del país), con paros entre los empleados municipales, del fisco, los trabajadores del puerto de Fos y de la refinería. En el puerto de esta gran ciudad, 85 buques están a la espera, con 56 buques cisterna (petroleros) y 29 buques de carga, debido al movimiento que afecta a todas las actividades portuarias. Esta situación inquieta enormemente a sectores de la burguesía que comienzan a mostrar su nerviosismo.

La determinación de algunos sectores es fuerte. Michel Denis, representante de la CGT de la refinería Total de La Mede (Bouches-du-Rhone), de 28 años, “sabe que tendrá que trabajar por lo menos hasta 2044. ‘En este trabajo, cuando pasas los 55 años se hace muy duro trabajar, especialmente por los cambios de turnos’”. El está “… dispuesto a ir hasta el final” “Si presentamos un preaviso de huelga de veinticuatro horas prorrogable, insiste, no es para divertirse en las manifestaciones, sino para mostrar nuestra determinación” [3]. Se vive el mismo clima, en el local sindical de la estación Montparnasse en Paris, en la cual con 110 votos a favor, 4 abstenciones y nadie en contra se votó este miércoles la continuidad de la huelga. “Un centenar de votantes, más que la víspera, pero nada para que uno se exalte tampoco, dice el periodista. Un tipo experimentado pone cara fea: ‘Todavía tenemos margen. En el ‘95 en las asambleas acá había 200 personas’. Esta mañana igual había ‘caras nuevas’. Algunas, no sindicalizadas. Señal, para una trabajadora ferroviaria que ‘la cosa empieza a cuajarse, hay menos resignación porque la gente comienza a comprender la enormidad que es la reforma, y a comprender que es ahora que hay que jugarse’” [4].

Localmente la vanguardia se está organizando para decidir qué tipo de acciones adoptar para proseguir con las huelgas. En aquellos sectores en los cuales nacionalmente las direcciones sindicales llaman a seguir con el paro, la huelga prosigue. Es el caso por ejemplo de las estaciones ferroviarias de la capital en las cuales los trabajadores unánimemente votaron a favor del paro indefinido en las asambleas de la mañana. Donde las burocracias no llaman a seguir con el paro, los sectores más combativos se organizan y votan huelgas prolongadas: es el caso por ejemplo de los docentes secundarios en la región parisina.

La burocracia sindical principal obstáculo para frenar la reforma y derrotar a Sarkozy

Está claro que la batalla se ha convertido en las últimas semanas en un combate político. La rabia va más allá de lo que expresa sólo la contra-reforma de las jubilaciones: hay un anti-sarkozysmo creciente, las consecuencias de la crisis que se hacen sentir más y más en el sector privado, las tensiones derivadas de una serie de reformas del Estado, tales como la del hospital, se hacen sentir, por no repetir la ya dicho en la cólera de los secundarios.

Frente a esta situación y la presión de la base, la burocracia sindical ha hecho lo imposible para seguir controlando el movimiento llamando a jornadas de acción cada vez más inmediatas, como acciones de presión, como la nueva jornada del sábado 16 (es decir, dos en una semana, y posiblemente decidan otra el jueves 14 cuando se reúnan de nuevo, lo que muestra la bronca existente), movimiento in extremis para lograr alguna salida al conflicto -por su parte cada vez más difícil y complicada- que les permita salvar la cara después de tanta lucha. Pero estas direcciones, no sólo la CFDT sino también la CGT, que deja por ahora correr la huelga a nivel sectorial para no chocar abiertamente con la base, son enemigas de la radicalización del conflicto y no hacen nada para desarrollarlo y sostenerlo a nivel nacional, aprovechando a su vez el miedo a la pérdida salarial en el sector privado -tanto en las grandes empresas industriales como en las Pymes- frente a una dirección que no quiere ir a un combate decisivo, miedo a su vez que ellas inculcan para evitar la radicalización. De hecho, estas direcciones juegan objetivamente (¿y subjetivamente?) a favor de un recambio presidencial en 2012. Si un gobierno no cambia frente a semejante reclamo de masas hay que buscar una salida política... pero por las urnas!!!, dirán los popes sindicales después que la reforma pase, eso sí con un enorme desgaste de Sarkozy.

Mientras tanto, las tendencias a la radicalización encuentran a un gobierno duro que no va a ceder fácilmente y carecen por ahora de la más mínima dirección alternativa que pueda sostener un enfrentamiento global con el gobierno. Por ahora esta es la gran debilidad del movimiento, que ni siquiera cuenta con una dirección embrionaria como la que tuvo el movimiento anti-CPE, a través de la Coordinación Nacional, que reunía a los delegados de todas las asambleas y que sostuvo la pelea por el retiro de la ley.

En conclusión, la situación está evolucionando rápidamente y los próximos días serán decisivos. Es evidente que hay un salto del movimiento social, cuya perspectiva frente a la ausencia de dirección aun es incierta. Sin embargo, los riesgos de radicalización están bien presentes, cuestión que teme el Partido Socialista, quien a través de Ségolène Royale ahora pide desesperadamente la suspensión de la reforma acusando al gobierno de ser responsable de lo que pase en la calle los próximos días. La situación permanece abierta.
[1] Liberation, 12/10/2010. Este diario cita la famosa frase del antiguo ministro Luc Ferry, confrontado en su tiempo a grandes movilizaciones de jóvenes: “Los estudiantes son como el dentífrico: una vez fuera del tubo, uno no sabe cómo hacerlo entrar de nuevo”.

[2] La cifra de 350 escuelas perturbadas dadas por el ministerio es comparable a los primeros acontecimientos de la últimas manifestaciones juveniles, aquellos contra la ley Fillon sobre el futuro de la escuela en 2005, aquel contra el Contrato Primer Empleo (CPE) en 2006 o contra Reforma Escolar de Xavier Darcos en 2008. Está lejos de los bloqueos de 1400 sobre 4.300 establecimientos de Francia, durante ciertos días de acción contra el CPE, por ejemplo. Pero no es solo el número de instituciones con problemas que preocupan al gobierno: en el último movimiento en contra el proyecto de Darcos, fueron la violencia y los bloqueos sobre todo lo que inquietaba al gobierno que lo llevó a retirar la reforma.Lire phonétiquementÉcouterLire phonétiquement.

[3] Liberation 13/10/2010.

[4] Ídem.