Por Eduardo Castel, LTS-CC
El 26 de octubre, Carlos Sinuhé Cuevas, estudiante y activista de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fue asesinado con 16 balazos por la espalda en las cercanías de su casa. Este fue el desenlace de una serie de amenazas que Carlos recibía desde 2009 cuando fue parte de la solidaridad con la lucha del SME; la lucha por la gratuidad de la educación, y del impulso de asambleas por las demandas de comedor y copias subsidiadas y más recientemente, de la lucha contra la militarización y la represión.
Desde la LTS y la Agrupación ContraCorriente repudiamos este brutal asesinato y exigimos su esclarecimiento, juicio y castigo a quienes resulten responsables. Debemos multiplicar las acciones de lucha (como el bloqueo de Insurgentes y el paro de Filosofía y Letras del jueves 27), para que este asesinato, que se inscribe en el marco de la “guerra contra el narco” de Calderón no quede impune y no vaya a parar al conteo rutinario de víctimas de la militarización y la barbarie capitalista. Asimismo, el 1 de noviembre fueron detenidos en Ciudad Juárez integrantes del Frente Plural Ciudadano que colocaban cruces en memoria de los muertos en la “guerra del narco”. En este clima represivo y reaccionario, con el fortalecimiento e impunidad de los cuerpos represivos, se ha propiciado la desaparición forzada de 25 mil personas, la cárcel y asesinato de cientos de luchadores sociales, los impunes feminicidios y juvenicidios, las 120 mil personas desplazadas y las 60 mil muertes, las violaciones a derechos humanos y el recorte a libertades democráticas. Este asesinato muestra que la violencia contra los activistas ya permea al interior de la UNAM. Los casos de estudiantes desaparecidos, los ataques a investigadores universitarios, el hostigamiento policíaco a los activistas, cuentan con la complicidad de la rectoría.
Por ello estudiantes, trabajadores y académicos debemos rechazar los convenios de “protección y seguridad universitaria” que Narro y la dirección sindical del STUNAM aprobaron junto a las instituciones responsables de la militarización. Ya que, con el pretexto de garantizar la “seguridad”, se están profundizando las medidas antidemocráticas y represivas contra la comunidad universitaria y contra la organización independiente de estudiantes, académicos y trabajadores. Es necesario impulsar una gran lucha unificada contra estas medidas, ligándola a la lucha contra la militarización del país, el recorte a las libertades democráticas y violaciones a los derechos humanos; así como a la lucha por la defensa de la educación pública y la transformación de la universidad al servicio de los que menos tienen, y contra el ataque a las conquistas de los trabajadores. Pongamos en pie un movimiento estudiantil combativo que colabore en la conformación de un gran movimiento nacional contra la militarización que exija la vuelta de los militares a sus cuarteles, la salida de los cuerpos policíacos de la UNAM y que tome en sus manos la organización de la autodefensa de las organizaciones y activistas.
Se realizó importante acción por la libertad de los presos y presas de Ciudad Juarez
