domingo, 25 de noviembre de 2012

Miles de jóvenes nos movilizamos contra la represión policial y la criminalización de la protesta


Por Brayan Brenes

El jueves 15/11 más de 20 mil jóvenes marchamos por las calles de San José para repudiar la represión policial del 8/11, así como para exigir la renuncia del Ministro de Seguridad Mario Zamora y el Jefe de Policía Raúl Rivera por ser los principales responsables de una jornada en defensa del seguro social que terminó con más de 30 compañeros detenidos y decenas de golpeados.


La acción de repudio a la represión estuvo compuesta por dos columnas centrales: la primera ubicada en el Parque de la Merced y respaldada por masivas asambleas de cientos de estudiantes, y la segunda que tenía como punto de partida el Pretil de la UCR, desde donde el sindicato universitario llamó a marchar a los funcionarios. En menos de una semana se puso de pie el movimiento estudiantil para responder al gobierno, conquistamos el Paro Activo en la UCR para que fuera posible marchar masivamente y pusimos el cuerpo en la calle, acompañados por los piquetes artísticos de los grupos de música y artes dramáticas de la Universidad que representaron escenas sobre la represión en cada intersección vial. A la marcha se integraron importantes personalidades así como decenas de observadores de los Derechos Humanos, colectivos ambientalistas, del movimiento legalized, representantes del movimiento por la diversidad sexual “Invisibles”, delegaciones sindicales de UNDECA, el SISS y otras, en uno de los movimientos por la defensa de los derechos democráticos más dinámico y nutrido en años.

La movilización del 15N constituyó una verdadera proclama por parte de miles de jóvenes que no estamos dispuestos a seguir soportando la represión que protagoniza la policía, no solo frente a la Caja del Seguro Social, sino cotidianamente en los barrios, las calles y los lugares públicos, donde las fuerzas del orden ejercen su poder “especial” para controlar la vida de la juventud y los sectores populares.
 


La Presidenta y los medios de comunicación promueven el silencio sobre la movilización y naturalizan el incremento de la presencia policial 

Más allá de que la jornada del 15/11 resultó exitosa, hay que remarcar que la Presidenta contestó a la movilización dando la orden de sitiar prácticamente la ciudad con miles de policías antimotines que rodearon las cuadras cercanas a la Avenida 2º, al mismo tiempo que colocó a las mujeres represoras como fachada de “tregua” en los costados de la marcha, en un intento por confundir a una franja de la opinión pública que percibe a estas policías como “protectoras”, y no como parte de una institución preparada para sofocar y aplastar la lucha social. La Presidenta Chinchilla y los medios de comunicación intentaron por una parte invisibilizar la acción contra la represión, y por otra ensayaron naturalizar el hecho de que existe una presencia policial cada vez más abrumadora en las calles, que fue patente el día de la marcha. Pero precisamente este operativo de silencio mediático desplegado por el gobierno y la prensa empresarial refleja los temores de la Presidenta y su equipo, que no quieren que se hable más ni de la represión que se viene ejerciendo desde Zapote para garantizar la “gobernabilidad”, y mucho menos que se hable más del agudo descontento que se viene acumulando contra la corrupción y el desmantelamiento acelerado de instituciones públicas centrales para el país como la CC.SS., amenazadas de desaparecer con la política neoliberal de Chinchilla y el PLN.

Es precisamente por lo anterior que los miles de jóvenes que nos movilizamos el 15/11 debemos continuar la lucha y la organización, no solo para defender la seguridad social y denunciar la represión, sino para darle apertura a una gran campaña democrática en contra de la militarización de Costa Rica, para exigir que se anule la autorización de entrada de barcos de guerra yanquis a las costas nacionales, la derogatoria de la Ley Antiterrorista de Bush aprobada en 2009 en el Congreso, así como demandar el desmantelamiento del aparato policial que fortalece Chinchilla, que no es precisamente para garantizar la “seguridad ciudadana”, sino para ahogar las luchas sociales que puedan desarrollarse en Costa Rica.

Es urgente consolidar los espacios organizativos que han surgido en las últimas semanas, darle expresión a la voluntad de lucha que viene demostrando la juventud universitaria, y proponerse el desafío de construir una vanguardia política junto a los trabajadores de la ciudad y el campo, que de respuesta a los grandes problemas nacionales independientemente de los empresarios y sus partidos.
 
 

Dos políticas opuestas frente a la represión 
y la defensa del Seguro Social

El Paro Activo así como la movilización del 15 de noviembre fueron producto del arduo trabajo de decenas de activistas y dirigentes que prepararon y convocaron asambleas, mítines frente a Rectoría, así como jornadas de concientización que incluyeron numerosos performances, proyecciones en video sobre la represión durante tardes enteras, así como una incesante convocatoria en la Universidad. Fue de esta manera como se garantizaron asambleas como la del viernes 9 de noviembre con 600 estudiantes o la del lunes 12 con alrededor de 400, organizadas independientemente de la Federación de Estudiantes de la UCR, anteriormente dirigida por el PT/MAS y ahora por Progre.

Más allá de las dimensiones de una jornada de protesta que se caracterizó por dos muy buenas “columnas” garantizadas por el Paro Activo y el trabajo desplegado durante una semana, hay que aceptar que también aparecieron importantes obstáculos, por ejemplo cuando los “dirigentes” del PT- FA-Progre pasaron de ser espectadores en las primeras asambleas a sabotearlas abiertamente cuando no lograban imponerse a la mayoría. A pesar de haber integrado las dos principales comisiones surgidas de las asambleas (seguridad y comunicación), los dirigentes del PT-FA-Progre se dedicaron más a cuidar los intereses de sus pequeños grupos electorales que a impulsar hacia adelante al conjunto del movimiento. El lunes 12, formados en bloque, llegaron al colmo de exigir con gritos que se declarase la marcha como “pacífica”, asustados ante la idea que comenzaba a circular sobre el derecho a ejercer a la “autodefensa” ante la posibilidad de agresión policial. Pero esto no es todo, el frente PT-FA-Progre rompió el acuerdo de marchar en bloque desde el Parque de La Merced, fracturaron el movimiento y pusieron en peligro desde el Paro Activo, la posibilidad misma de movilización, hasta la integridad de compañeros de la comisión de seguridad, a quienes difamaron curso por curso como “infiltrados”, reflejando su desesperación política al no haber podido controlar importantes asambleas compuestas por centenas de jóvenes independientes que buscan el camino de la lucha, contra la represión y el gobierno.

En contraste con las anteriores organizaciones y a pesar de nuestras modestas fuerzas, los militantes de la LRS hicimos grandes esfuerzos por mantenernos desde el primer momento en la línea del frente, dando la batalla porque se impusiera el paro activo, trabajando por garantizar los mítines a la Rectoría, convocando curso por curso al estudiantado para protestar contra la represión policial; participamos de las asambleas, interviniendo, dando sugerencias, ayudando para que el movimiento en general se desarrollara, más allá de cualquier tipo de interés mezquino de “secta” o de aparato, como hicieron los dirigentes de algunas organizaciones. También fuimos parte de las comisiones formadas en asambleas de cientos de estudiantes, y dentro de ellas continuamos el debate político en contra de quienes dejaban a la suerte la preparación frente a la represión, casualmente los mismos que al final rompieron con las decisiones de las asambleas.

Los trotskistas de la LRS llamamos a apoyarnos en las conquistas políticas y organizativas conquistadas en en estas semanas, con tal de que las asambleas y comisiones que fueron puestas en pie desde el 8/11 sirvan como punto de apoyo para construir un polo combativo y revolucionario dentro del movimiento estudiantil, que se proponga para ser parte de una vanguardia política que defienda los intereses históricos de los trabajadores de la ciudad y el campo, de la juventud y de todos los pobres, especialmente bajo la amenaza de un reinicio de la crisis capitalista mundial, que tendrá agudas repercusiones en la lucha de clases costarricense.



Momentos de lucha y organización

Jueves 8 de noviembre:
-  Se desata la represión contra asegurados, dirigentes sindicales y estudiantes que protestaban contra el cierre de varios centros de salud (EBAIS) frente al Edificio de la CC.SS., resultando detenidos más de 30 compañeros.

-  19h: se organiza la primera Asamblea política en el Auditorio de Ciencias Sociales. Los debates giran en torno a si luchar por un Paro Activo para desarrollar la movilización de miles y exigir la liberación de los compañeros que seguían detenidos o hacer campañas de firmas y pedirle espacio televisivo a Canal 7. Se impuso la línea del Paro Activo y la movilización, que debía garantizarse con mítines y exigencias a las autoridades.

Viernes 9 de noviembre:
-  Desde las primeras horas de la mañana se organiza la convocatoria al mitin en Rectoría. En la concentración el señor Miguel Guzmán -asesor del Rector- comunica que el Paro Activo solo es posible hasta el martes de la semana siguiente que sesiona el CU, y plantea las “jornadas de reflexión” con suspensión de evaluaciones como alternativa para facilitar la movilización.

-  2º Asamblea en el Anfiteatro de Registro: se retrocede de la línea del Paro Activo y se combina con la de “Jornadas de Reflexión” que intentaron introducir Henning Jensen y su asesor con tal de evitar el paro de labores en la UCR.


-  3º Asamblea: se reúnen casi 600 personas en la Plaza de Ciencias Sociales, se ratifica la política del Paro Activo y se forman con respaldo masivo las comisiones de Seguridad y Comunicación. Se acuerda marchar desde el Parque de La Merced, pasando por la periferia de San José, para cerrar en el edificio central de la CC.SS, donde se realiza un gran piquete artístico.

Lunes 12/11:
-  Se desarrolla una nueva asamblea, donde el PT-FA exigen a los presentes declarar la marcha como “pacífica” y se oponen tan siguiera a hablar de autodefensa. Finalmente rompen los acuerdos después de la asamblea, cambian su lugar de salida de la marcha y comienzan una campaña de difamación y miedo entre los estudiantes con tal de evitar que marchen desde La Merced.

Martes 13/11:
-  Se garantiza el último mitin en Rectoría para exigir Paro Activo.

Miércoles 14/11:
-  Una nueva asamblea para ajustar aspectos logísticos relacionados con la ruta y la seguridad se presenta en Sociales. A pesar del sabotaje de algunos grupos se sostuvieron hasta el final los acuerdos.

Jueves 15/11:
-  Parten dos columnas hacia el edificio de la CC.SS. Una desde La Merced pasando por las calles periféricas en claro repudio a la represión policial, y otra desde el Pretil de la Universidad de Costa Rica, las consignas son en defensa de la seguridad social y más diluida la del repudio a la represión policial.

Declaración de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional: Anuncian "Cese del fuego" tras ocho días de bombardeos israelíes

Por FT-CI Fracción Trotskista - Cuarta Internacional 

1. Desde el 14 de noviembre y durante 8 días, el Estado de Israel mantuvo una brutal campaña militar de ataques diarios, mediante bombardeos aéreos y navales, contra la Franja de Gaza, asesinando a Ahmed Jabbari, uno de los principales líderes de Hamas. El operativo llamado “Pilar de Defensa” dejó un saldo de 150 palestinos muertos, entre ellos varios niños y más de 1000 heridos, además de haber causado una gran destrucción de instalaciones civiles, edificios gubernamentales, infraestructura, viviendas e incluso, oficinas de prensa. Por su parte, las fuerzas de la resistencia palestina respondieron a este ataque lanzando más de 1000 cohetes de distinto alcance, de los cuales alrededor de 800 impactaron sobre el sur de Israel, llegando incluso a Tel Aviv y Jerusalén. Estos artefactos, si bien han causado pocas bajas y escaso daño, tienen un enorme efecto psicológico sobre la población israelí, y moralizan a los palestinos. El gobierno derechista israelí de Netanyahu-Lieberman-Barak había amenazado con lanzar una invasión terrestre a la Franja de Gaza para lo cual convocó a decenas de miles de reservistas y envió tropas y tanques a la frontera con Gaza, como forma de presionar en las negociaciones en curso impulsadas por Estados Unidos y Egipto. Finalmente, el 21 de noviembre, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton anunció junto con el ministro de relaciones exteriores egipcio el cese del fuego, aceptado por el estado sionista y Hamas. Aunque aun es muy pronto para evaluar cómo quedará la relación de fuerzas y todavía no se conocen los detalles del acuerdo, este se limitaría a una promesa de Israel de permitir aflojar parcialmente el bloqueo a la Franja de Gaza a cambio de que Hamas garantice que se suspendan todos los ataques palestinos en territorio israelí. Demás está decir que esta “tregua”, de la cual Egipto es el garante, es aun precaria, no da ninguna garantía de que Israel no retome sus ataques militares, y no altera en lo más mínimo las condiciones de opresión del pueblo palestino. El gobierno egipcio en manos de la Hermandad Musulmana fue un actor clave ejerciendo su influencia sobre Hamas al servicio de mantener la estabilidad regional y el tratado de paz con el estado de Israel, mostrando que no está dispuesto a poner en riesgo su alianza con el imperialismo.

2. De ninguna manera puede equipararse la sofisticada maquinaria de guerra israelí que impone la opresión colonialista sobre los palestinos, expulsados de sus tierras y viviendas, sometidos a un régimen de hambre y terror, negados sus más elementales derechos nacionales y democráticos; con las acciones militares de Hamas y otros grupos que más allá de sus programas, son parte de la justa resistencia del pueblo palestino. Desde la inmensa destrucción que dejó la operación “Plomo Fundido” de 2009, Hamas y otros grupos de la resistencia han recuperado fuerzas y muestran su capacidad de asestar golpes con esas andanadas de cohetes que si bien tienen escasa eficacia destructiva, poseen gran importancia simbólica y moral. La prensa mundial e Israel y sus aliados y agentes utilizan el lanzamiento de cohetes y otras acciones de la resistencia para justificar sus masacres en nombre de la “guerra contra el terrorismo”. Ciertos socialdemócratas y “progresistas” ponen un signo igual entre la brutal embestida bélica israelí, y el “terrorismo” palestino, con lo que lavan la cara hipócritamente al verdadero agresor y responsable histórico de la situación: el Estado de Israel con sus métodos terroristas que van desde la tortura a los más de 4.500 palestinos presos y el asesinato “selectivo” de dirigentes de Hamas y otros grupos de la resistencia, a las represalias de castigo a la población palestina en su conjunto, sometida a condiciones de vida equiparables a una “prisión a cielo abierto”.

3. El imperialismo en su conjunto ha salido, una vez más, a respaldar al Estado de Israel, al que protege, arma y financia. La alemana Angela Merkel, como el “socialista” francés Hollande, avalaron la política de Netanyahu. El conservador inglés Cameron se ha permitido apenas insinuarle que no se exceda en las bajas civiles para no desprestigiarse. El reelecto presidente Obama ha tomado partido inmediatamente por el “inquebrantable compromiso con Israel” sugiriendo el lunes 19 “contención” a Netanyahu, ya que “Sería preferible evitar una ofensiva terrestre”. En línea con el apoyo imperialista a Israel, la ONU dejó correr las acciones. Como es habitual, la operación Pilar de Defensa no recibirá ninguna condena de la “comunidad internacional”.

4. De esta manera, el gobierno de Netanyahu cuenta con el respaldo imperialista para tratar de imponer sus objetivos: asestar un nuevo golpe al pueblo palestino impidiendo que siga “levantando cabeza” al calor de los cambios que en la región provocó la “primavera árabe” y debilitar política y militarmente a Hamas; galvanizar a su favor la opinión pública de Israel, donde en enero de 2013 habrá elecciones; y también, presionar a Obama para que privilegie los intereses israelíes en su segunda presidencia, cuando la declinación de la hegemonía yanqui se deja sentir en todo Medio Oriente tras la retirada de Irak y los efectos de la “Primavera árabe”, que derribó a aliados directos de Estados Unidos e Israel, como la dictadura de Mubarak que garantizó durante tres décadas la seguridad del Estado sionista y el mantenimiento de la estabilidad regional. Los dirigentes de Tel Aviv desconfían de la capacidad de Estados Unidos de frenar ese deterioro y hacer frente a lo que identifica como amenazas directas a su seguridad y a su posición privilegiada como enclave y gendarme imperialista en Medio Oriente. Por ejemplo, el fortalecimiento de Irán como potencia regional que podría desarrollar capacidad nuclear (hasta ahora es Israel quien tiene con apoyo imperialista el monopolio del armamento atómico en Medio Oriente); y también, que la guerra civil en Siria termine no sólo extendiéndose a Líbano, sino que Assad termine siendo reemplazado por un régimen con influencia islamista, en un país de gran importancia geopolítica. Esto lo obliga a mirar con creciente preocupación su frontera norte, ya que Israel aún está “técnicamente” en guerra con ese país dado que mantiene la ocupación de las Alturas de Golan desde 1967; mientras una nueva y creciente ola de protestas en Jordania y la recuperación de Hamas en Gaza agitan su frontera sur y este.

5. El régimen sionista, además, muestra importantes elementos de crisis interna: hay un latente descontento con los ajustes neoliberales que impulsa el actual gobierno (el año pasado hubo importantes movilizaciones de “indignados” israelíes), la solidez del bloque social sionista está cuestionada como posiblemente nunca antes. Tel Aviv enfrenta un creciente aislamiento diplomático en la región, con importantes gobiernos, como el de Turquía y el propio Egipto, tomando distancia y buscando mejorar sus relaciones más bien con otros países árabes. Como en otras ocasiones, Israel juega la carta de las provocaciones armadas para imponer sus intereses y torcer a derecha, lo más posible, una coyuntura que amenaza evolucionar de manera desfavorable. Netanyahu se ha aliado al ultraderechista canciller Avigdor Lieberman para las próximas elecciones, en torno a un programa que incluye como uno de sus ejes la extrema dureza hacia los palestinos y sus reclamos, continuando la implantación de colonias sionistas en Cisjordania y todas las medidas que absorben cada vez más los territorios palestinos.

6. En la crisis regional generada por la acción israelí, el gobierno de Egipto, la Liga Árabe y otros gobiernos de la región criticaron los ataques israelíes y han hecho gestos como la vista de ministros y altos funcionarios a Gaza y el retiro del embajador egipcio en Tel Aviv. También el gobierno turco de Erdogan (del Partido del Bienestar y la Justicia de tendencia islamista moderada), que apoya a la oposición armada contra Assad en Siria y busca ampliar su influencia en el mundo árabe, endureció su discurso contra Israel acusándolo de “Estado terrorista”. Pero es el presidente egipcio Morsi, el que ha tomado un alto protagonismo, ubicándose como mediador entre Tel Aviv y Gaza. Egipto pretende poner algún límite al ataque israelí, pero respetando lo esencial de los pactos y acuerdos con Israel y Estados Unidos tejidos por sus antecesores. Pero Morsi se asienta en una situación distinta: debe imponer el desvío y asentar un nuevo régimen después del derrocamiento revolucionario de Mubarak y para ello, tiene que tener en cuenta a su base social, hostil a Israel y que simpatiza con los palestinos. Morsi trata de mantener un delicado equilibrio para no quedar como pro-israelí pero respetar al mismo tiempo los compromisos de seguridad con Israel y EE.UU. (de quien recibe una cuantiosa ayuda militar y apoyo para gestionar fondos en el FMI). Así, hasta ahora y a pesar de los gestos (como enviar a su ministro de relaciones exteriores a Gaza o recibir en El Cairo al líder de Hamas Khaled Meshal y a Abdulah Shaleh, líder de la Yihad Islámica), apenas ha levantado el cierre de algún paso fronterizo con Gaza: su política es mantener semiasfixiados a los palestinos pero poder presentarse como mediador y usarlos como una carta de negociación con Israel y el imperialismo. Esto quedó en evidencia en el rol clave que jugó en la negociación de la tregua junto con el gobierno de Estados Unidos.

7. La eclosión de la “Primavera árabe” a fines de 2010, con levantamientos revolucionarios de masas derribando a agentes clave del imperialismo como Mubarak, significó un cambio cualitativo para la lucha de clases, las relaciones de fuerza y la “geopolítica” en esta estratégica región, cuestionando el statu quo regional montado en las últimas décadas por el imperialismo. Todos los actores en la región están obligados a tener en cuenta ese hecho decisivo que también ha alterado favorablemente las coordenadas de la resistencia palestina. El imperialismo contestó a los procesos de rebelión en los países árabes combinando el apoyo a “transiciones” como la que preside Morsi e incorporando a los partidos islamistas moderados como la Hermandad Musulmana como un interlocutor imprescindible para poder desviar el proceso, con intervenciones como la de la OTAN en Libia, intentando a la vez presentarse como “amigo de los pueblos árabes”. Para recomponer el dominio imperialista, el gobierno de Obama y varios de Europa (como el francés) buscan lavarse la cara frente a los procesos árabes, ya sea por medio de la intervención directa “humanitaria” como fue en Libia, o a través del apoyo a la transición como en Egipto, sin por eso abandonar a sus aliados tradicionales: el Estado de Israel y la monarquía saudita. Si bien la situación de la lucha de clases en la región está marcada por los desvíos bajo los nuevos gobiernos, está lejos de haberse recompuesto el viejo equilibrio. En este marco, la inestabilidad se expresa, entre otras situaciones en la guerra civil en Siria en donde el imperialismo aún no ha logrado orquestar una salida para el reemplazo de Assad. Movilizaciones como las recientes en Jordania o la persistencia de las huelgas y protestas en Egipto, Túnez, etc., indican que las contradicciones profundas que alimentan la rebelión árabe siguen abiertas. La crisis política reabierta en Libia muestra que no es tan fácil para el imperialismo asentar sus planes de contrarrevolución “democrática”. En este marco, el ataque a Gaza juega con fuego, pues al tiempo que deja aún más al desnudo el verdadero rostro de Israel y del imperialismo que lo sostiene, intenta “rayar la cancha” para preservar el statu quo en que juega un papel privilegiado. La estrategia de provocaciones israelí busca compensar el debilitamiento de sus posiciones políticas y diplomáticas con un endurecimiento del régimen sobre los palestinos y amenazando con el uso de su fuerza militar. En este sentido, si bien responde al hecho cierto de la mayor actividad de Hamas y la Yihad Islámica en Gaza, la operación militar israelí tiene rasgos preventivos y busca evitar un mayor deterioro ante el nuevo escenario regional en el cual pesan las fuerzas islamistas en varios países decisivos y con las que el imperialismo negocia, como es el caso de Egipto. Pero en las actuales condiciones puede terminar agriando aún más las relaciones con vecinos importantes como Turquía y Egipto, y despertar mayor rechazo internacional. Por eso, y no por la “preocupación por los civiles” es que desde la “comunidad internacional” se presionó a Israel para que no avance en una ocupación terrestre de Gaza ya que esto podría haber tenido resultados políticos contraproducentes para el statu quo imperialista.

8. En este marco, es también compleja la situación interna en el campo palestino, dividido entre Cisjordania, controlada por Al Fatah, y Gaza donde dirige Hamas. La Autoridad palestina presidida por Mahmoud Abbas, el dirigente de Al Fatah, enfrenta un creciente desprestigio que se expresó en el gran ausentismo en las recientes elecciones municipales de julio, reflejando el descontento popular con su curso completamente subordinado a Israel, su política represiva y la corrupción de su régimen. Abbas se juega a mejorar su imagen con la carta de obtener el reconocimiento como “observador” de la ONU, un status simbólico que aún así, Israel y Estados Unidos se empeñan en vetar. Ante los bombardeos sobre Gaza, demoró días en llamar a “manifestaciones pacíficas”. El deterioro de Abbas se contrapone al relativo fortalecimiento de Hamas, que ha logrado remontar el aislamiento internacional y bloqueo al que fue sometido desde que accedió al poder en Gaza en 2006, y ha logrado ampliar sus relaciones en la región. Esta mejor situación de Hamas se apoya por un lado, en el cambio de clima político en los Estados vecinos, consecuencia del impacto de la “Primavera árabe” al calor de la cual se produjo el ascenso de los partidos islamistas a los que está estrechamente ligado, como es el caso de la Hermandad Musulmana de Morsi en Egipto, y por otro lado, a un profundo viraje político, que se refleja en la alteración de sus alianzas. Los viejos lazos con Irán se han debilitado y con Siria están rotos. De hecho, el comando de Hamas fue expulsado de Damasco por no apoyar a Assad y debió desbandarse en otras capitales árabes. En cambio, se han fortalecido sus lazos con Qatar (el primer viaje a Gaza fue de autoridades qattaríes), Egipto y otros regímenes islamistas. Estos cambios provocan crisis al interior de Hamas, con el actual dirigente Khaled Meshal anunciando su retiro y la pugna por su sucesión entre dos alas rivales. Hasta ahora, Hamas venía administrando la Franja de Gaza de una forma muy moderada, controlando incluso a sectores más radicales para evitar mayores incursiones contra Israel. Sin embargo, tras el asesinato de Jabbari (que estaba negociando una tregua cuando los israelíes lo ejecutaron con un misil), esa puja interna contribuyó a la audacia en los lanzamientos de cohetes sobre Israel, ya que nadie desea aparecer como más blando en la respuesta a la agresión sionista.

9. El lugar de los trabajadores y la juventud es sin duda junto a los palestinos y su justa lucha por la autodeterminación nacional, cuyos más elementales derechos son hoy brutalmente negados bajo la opresión del Estado israelí. No hay, como lo pintan la mayoría de los medios de prensa internacionales, una Israel que “desea vivir en paz” pero debe contestar a la agresión del “terrorismo”. No hay “dos demonios”: una Israel que se defiende con métodos brutales de unos “terroristas” islámicos. Lo que hay es la brutal opresión del Estado sionista sobre el martirizado pueblo palestino que, sin embargo, no ceja en su heroica resistencia y sus justos reclamos históricos. En los países imperialistas, es fundamental la organización de acciones de solidaridad –huelgas, movilizaciones, etc.-, en contra de la política de sus propios gobiernos y por el triunfo de la resistencia palestina; de igual forma, en Estados Unidos, el principal proveedor de armas a Israel, los trabajadores deben organizar acciones efectivas para paralizar el envió de armas y suministros bélicos que masacran y asesinan al pueblo palestino.

10. Para los socialistas revolucionarios, el justo apoyo a la lucha del pueblo palestino, la defensa de sus organizaciones frente al ataque israelí, y estar a favor del triunfo militar de la resistencia y por la derrota de las armas sionistas, no significa dar apoyo político a direcciones con las que tenemos profundas diferencias y cuyas estrategias han demostrado ser impotentes para lograr una salida progresiva a la causa palestina. Al Fatah, la organización nacionalista que hegemonizó la OLP con Arafat, con su estrategia de conciliación con el imperialismo, ha terminado en una completa capitulación ante el Estado de Israel, sintetizada en el actual gobierno colaboracionista de Mahmoud Abbas. Tampoco Hamas, con su estrategia de establecer un estado teocrático marcos del orden burgués, sus métodos completamente alejados de la movilización y autoorganización de masas, su confianza en diferentes regímenes burgueses árabes, puede proporcionar una dirección para llevar al triunfo la causa nacional palestina.

11. El legítimo derecho a la autodeterminación palestina no puede garantizarse a la sombra del Estado sionista armado hasta los dientes. No hay solución con la política de “dos estados” en la cual el lugar reservado a los palestinos es el de mano de obra superexplotada y hacinada en “bantustanes” que no pueden ser más que un remedo de Estado propio. Por otra parte, hay que recordar que el multitudinario movimiento de los “indignados” israelíes del año pasado, que reclamó “justicia social” , se encontró en un callejón sin salida al negarse a levantar “justicia social - también para los palestinos” como proponían algunos sectores de izquierda. Las crecientes contradicciones sociales internas de Israel pueden crear mejores condiciones para que entre los sectores menos privilegiados de la clase trabajadora (que hoy incluye a medio millón de inmigrantes de todo el mundo), comiencen a resquebrajarse los lazos que la subordinan al sionismo y su programa de opresión sobre los palestinos. Aquellos trabajadores y jóvenes judíos que deseen vivir en paz y no sobrellevar la carga de la militarización permanente como gendarmes al servicio imperialista, deben romper con el bloque burgués sionista y tender la mano al pueblo palestino y a los árabes.

12. La única solución de fondo para que los pueblos palestino y judío puedan convivir en paz es desmantelando hasta los cimientos el Estado de Israel, un enclave racista y proimperialista, y derrotando el régimen de “apartheid” que mantiene sobre los palestinos; lo cual es inseparable de la lucha por derrotar la dominación imperialista sobre la región. Los socialistas revolucionarios consideramos que esa gran tarea histórica sólo puede ser resuelta con la estrategia y los métodos de la revolución proletaria, imponiendo un único estado: una Palestina obrera y socialista sobre todo el territorio histórico de Palestina, en el camino a constituir una Federación de Repúblicas Socialistas del Medio Oriente.

13. Ninguna confianza en el rol de los gobiernos árabes surgidos para desviar los procesos de levantamiento de masas y atados por mil compromisos al imperialismo y a los pactos con Israel. La política de “mediación” de Morsi apunta a contener a los palestinos y garantizar la seguridad de Israel y va en contra de la posibilidad de que los palestinos logren un triunfo en su lucha. En la región, el gran aliado del pueblo palestino es la clase obrera, que en Egipto, con su participación en el derrocamiento de la dictadura y las innumerables luchas que viene dando desde entonces, está comenzando a mostrar su enorme potencial revolucionario. La clase obrera debe tomar como propia la causa palestina y la lucha contra el imperialismo y su agente israelí, poniéndose al frente de la alianza de las masas árabes oprimidas y explotadas. El bombardeo israelí sobre Gaza con su secuela de destrucción material y víctimas civiles había comenzado a despertar solidaridad con el pueblo palestino en varias capitales europeas y latinoamericanas, así como en el mundo árabe. Esta tarea sigue planteada más allá de la actual tregua. La solidaridad internacional con el pueblo palestino debe ser inscripta en sus banderas por los trabajadores avanzados y la juventud combativa en los países imperialistas, así como en el mundo semicolonial, que tienen que tomarla como una tarea propia, partiendo de la denuncia de la opresión y la constante represión del Estado sionista, del rechazo a los planes imperialistas (como la utopía reaccionaria de "dos estados") para imponer a los palestinos el abandono de su causa nacional histórica, y el apoyo a su heroica resistencia, bregando por su triunfo.

martes, 13 de noviembre de 2012

¡FUERA MARIO ZAMORA QUE REPRIME IMPUNEMENTE EN CURUBANDÉ DE LIBERIA, MEDIO QUESO Y AL PUEBLO POBRE! ¡DESPIDO INMEDIATO DEL TENIENTE RIVERA! ¡CASTIGO PARA LOS POLICÍAS AGRESORES! ¡BASTA DE ESTE GOBIERNO DE VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN!

El pasado 8 de noviembre el gobierno de Chinchilla dio una nueva muestra de la tónica represiva que lo ha venido caracterizando en los últimos meses y que pretende establecer para el próximo período.

Tras la represión a la lucha de los trabajadores portuarios y de la comunidad de Pocora en Limón, y los recientes desalojos en Curubandé de Liberia y Medio Queso,  esta vez la policía arremetió  contra quienes se manifestaban en contra de los crecientes recortes de presupuesto en la salud pública y el desmantelamiento de la Caja Costarricense del Seguro Social por parte del gobierno.

Es que a la vez que el país se cae y se lo roban a pedazos, la tensión acumulada por el deterioro de la infraestructura vial, de las instituciones públicas, y los servicios básicos; ya ha comenzado a tener expresión en jornadas como la del  pasado jueves.

El saldo tras una jornada atravesada por la brutalidad policial, fue  más de treinta detenidos, entre ellos  manifestantes provenientes de distintos lugares del país y estudiantes universitarios; mostrando claramente cuál es la dosis que la democracia costarricense ofrece a cualquiera que luche por sus derechos más básicos.

La salvaje represión demostró que el gobierno se viene fijando como objetivo central imponer una nueva relación de fuerzas a través de la represión de las luchas, intentando quebrar la voluntad de lucha de quienes se movilizan,  para que así los grandes ataques que se avecinan queden sin respuesta. De esta forma, trata de obtener una estabilidad relativa para continuar con las políticas de crecientes recortes de presupuesto en salud, educación, y el conjunto del sector público; mientras sigue protegiendo las ganancias y los negocios de los empresarios.

Así, en un contexto donde crece el descontento en contra de la escandalosa corrupción y las políticas antiobreras y antipopulares del gobierno, Chinchilla intenta despejarse el camino mediante el amedrentamiento y la represión de cualquier nueva lucha que se desarrolle, echando mano de los cuerpos policiales a los que se destinan multimillonarias cifras de presupuesto para acallar cualquier voz que cuestione sus políticas.

Es por todo lo anterior que la jornada del próximo jueves es clave, tanto para repudiar la brutal represión de la semana pasada, como para luchar contra la criminalización de la protesta obrera y popular y defender las libertades democráticas más elementales, hoy amenazadas por el fortalecimiento de los cuerpos represivos y leyes cada vez más represivas como la Ley Mordaza.

Es necesario sumar para esta lucha al conjunto de organizaciones obreras y populares y en primer lugar a los distintos sindicatos del país, en la perspectiva de unificar las distintas luchas particulares que comienzan a librarse y enfrentar conjuntamente la arremetida del gobierno y los empresarios.    

Junto con todo lo anterior es necesario exigir la renuncia del ministro de Seguridad Mario Zamora, así como la del jefe de la Fuerza Pública Raúl Rivera y el castigo a los policías agresores, no sólo por ser los principales responsables de la represión,  sino porque mientras permanezcan en  sus cargos constituyen una amenaza latente a la integridad física de cualquier luchador o luchadora durante próximas protestas y movilizaciones, tal como quedó demostrado con  la brutal represión del pasado 8 de noviembre.

En el marco de  la convocatoria conjunta  para este jueves,  hacemos un llamado a sumarnos y a que convirtamos esta importante jornada en el inicio de la lucha contra la represión y la criminalización de la protesta obrera y popular que impulsa el gobierno corrupto de Chinchilla.

¡Basta de represión y criminalización de las protestas sociales!


¡Basta de militarización en Costa Rica!


¡Paremos la escalada represiva del gobierno!


¡Si tocan a uno nos tocan a todos!


LIGA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA | LRS


ESTE JUEVES 15
PARQUE DE LA MERCED | 9:00 A.M.

viernes, 9 de noviembre de 2012

¡PAREMOS LA ESCALADA REPRESIVA DEL GOBIERNO!: ¡PARO ACTIVO HASTA QUE RENUNCIE EL MINISTRO REPRESOR Y SEAN CASTIGADOS LOS AGRESORES!



Las hordas policiales de Chinchilla reprimieron salvajemente la manifestación convocada por un grupo de asegurados y sindicatos para el 8 de noviembre frente al edificio de la Caja del Seguro Social en San José, dando como resultado más de una treintena de compañeros detenidos y fuertemente golpeados; primero confinados a “perreras” de la Fuerza Pública, para posteriormente ser enviados a distintos centros de detención o al hospital.

La brutal represión del jueves 8 de noviembre es el segundo acto de represión en menos de una semana, y se desata apenas días después de los anteriores desalojos de campesinos pobres de la zona de Medio Queso y Curubandé en Liberia, el quiebre de la huelga y toma de los muelles de Moín por parte de la policía antimotines hace apenas unas semanas, así como posteriormente a la represión de los pobladores de Pocora en Guápiles que protestaban contra el aumento desmedido de las tarifas de agua. Mientras EL GOBIERNO DE CHINCHILLA ES CONSIDERADO EL PEOR DE LATINOAMÉRCIA, la Presidenta y su equipo de empresarios responden a las justas demandas populares con macanazos, como si esto fuera a darle mayor estabilidad a un gobierno débil, endeble, y dirigido por una pandilla de mafiosos que se roban el país descaradamente, frente a los ojos de todo el pueblo trabajador.

Desde la LRS repudiamos la brutal represión de este jueves, y creemos que es necesario movilizarnos para que no quede impune así como para detener la escalada represiva del gobierno. Es necesario exigir la destitución del represor Ministro de Seguridad por haber puesto en peligro la vida de centenas de jóvenes, mujeres y niños honrados que salieron a defender su derecho a la seguridad social, así como el castigo y la renuncia de todos los cobardes policías que atacaron e hirieron a manifestantes desarmados.

Tal como se votó la noche del jueves en asamblea en la UCR, llamamos a los estudiantes a concentrarnos de urgencia frente a la Rectoría a partir de la 9 de la mañana para exigir al Consejo Universitario decretar PARO ACTIVO HASTA QUE RENUNCIE EL MINISTRO Y SEAN CASTIGADOS LOS AGRESORES. Llamamos a la comunidad universitaria de la UCR a condenar la represión del jueves 8 de octubre y la política de “mano dura” contra los pobres que aplica el despreciado gobierno de Chinchilla.


¡Paro activo hasta que renuncie el Ministro represor y sean castigados los agresores!


¡Basta de represión y criminalización de las protestas sociales y de militarización en Costa Rica!
 
¡Paremos la escalada represiva del gobierno!

¡Si tocan a uno nos tocan a todos!


LIGA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA | LRS