domingo, 27 de enero de 2013

Es urgente darle continuidad a la lucha contra la represión policial y la persecución del Estado que inauguramos en noviembre: No permitamos más espionaje, represión ni persecución a los que luchan



Por Johanán León

Luego de la multitudinaria marcha de noviembre pasado, el gobierno ha transmitido un claro mensaje al movimiento obrero, estudiantil  y popular: no escatimará recursos en preparar y ejercitar su brazo armado para la represión de toda nueva lucha que se desarrolle.

 El propio 15 de noviembre- más allá de lo que la prensa intentó reflejar- la multitudinaria jornada en la nos movilizamos cerca de 20,000 estudiantes  en repudio a la represión, estaba fuertemente militarizada con diversos contingentes de policías ubicados en varios puntos preparados para una eventual represión.

 A escasos  días de esa importante movilización, Chinchilla no tuvo ningún inconveniente en anunciar que la policía continuaría reprimiendo “a quienes bloqueen vías públicas y alteren el orden público durante las marchas”[1]. Casi al mismo tiempo, se difundía el visto bueno del gobierno para que cuerpos policiales como el OIJ puedan realizar con completa impunidad intervenciones telefónicas[2].

 El diario La Nación tratando de apoyarse en algunos episodios presentados durante la marcha de los motociclistas, aprovechaba para mostrar su apoyo incondicional al fortalecimiento represivo instando al gobierno a sentar un precedente de “consecuencias totalmente predecibles” para quien vulnere la ley.[3]

 Más tarde, junto a la noticia de que varios diputados se habían reunido “en secreto” con “expertos sobre narcotráfico” de Colombia y Estados Unidos[4],   se anunciaba con bombos y platillos la llegada al país del primero de dos helicópteros comprados por ¢3,700 millones al gobierno de Estados Unidos, y que entre otros aspectos poseen sistemas infrarrojos , cámaras para la transmisión en tiempo real y son más silenciosos.[5] 
 
  La lista sin embargo no termina acá, y el 2013 inició no sólo con los sobrevuelos  del nuevo helicóptero sobre San José, sino con una brutal represión que dejó decenas de heridos entre las más de 400 familias trabajadoras de Siquirres que tenían tomada parte de la Finca Matas de Costa Rica como protesta frente a que el empresario dueño de la finca aún les adeuda más de 4 mil millones por concepto de aguinaldos, vacaciones y otros derechos, tras despedirlos años atrás; una situación que sufren incluso trabajadores actuales del lugar.[6]
 
 El ejemplo en Siquirres muestra que cuando se trata de proteger los intereses patronales todos los recursos represivos se ponen en marcha, y así como los integrantes de la Fuerza Pública quemaron los ranchos de cientos de familias, el gobierno echó mano del espionaje para  vigilar de cerca esta lucha tal como quedó en evidencia con la infiltración de un oficial de la DIS (Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional) en el reciente bloqueo sobre la ruta 32[7], el cual bajo la protección del estado se dedicaba a dar cacería a los dirigentes e integrantes del movimiento;  lo que deja en clara evidencia los métodos que el  gobierno ha venido implementando para reprimir y criminalizar a quienes luchan y sobre los cuáles se sostiene la “democracia” costarricense.

¿Por qué impulsar la lucha contra la represión y el fortalecimiento represivo? 

 Aunque pueda parecer obvio, hay que señalar que no sólo se trata de defender  las libertades democráticas elementales que el gobierno se viene empeñando en recortar y eliminar como bien se ha reflejado con la llamada Ley Mordaza; sino sobre todo implica defender la  propia integridad física de todo luchador y luchadora que se plantea enfrentar las políticas anti obreras y antipopulares del gobierno y los empresarios.

 Así como los trabajadores de Finca Matas han salido a luchar, nuevos anuncios de despidos como los de las empresas Jockey y Faber Castell, los cierres de Ebais y hospitales por los recortes en la salud pública, la eliminación de puestos de trabajo en el sector público, y los crecientes tarifazos en el transporte, la electricidad y la telefonía; muy posiblemente potenciarán en el marco de una economía en decrecimiento  nuevas  luchas a partir de este año.

 Esa es la razón de fondo por la cual el gobierno desde meses atrás viene tratando de imponer una nueva relación de fuerzas apoyándose en el discurso de la “lucha contra el narcotráfico” para reforzar material y legalmente el aparato represivo.

 Por todo lo anterior es necesario impulsar una gran campaña que retome ejes como la exigencia de renuncia del Ministro Mario Zamora y el jefe policial Raúl Rivera (encargados de la represión del 8 de noviembre), y apunte a denunciar el fortalecimiento represivo que el gobierno impulsa. A la vez, es clave exigir la derogación de la Ley Antiterrorista de Bush que rige desde el año 2009 en Costa Rica, y bajo la cual recientemente en Chile fueron reprimidos una vez más los indígenas Mapuche; pero sobre todo como trotskistas planteamos la completa disolución de la policía y los distintos cuerpos represivos como la DIS que como se mostró en Siquirres,  no tienen otra función más que defender los intereses  de los empresarios a través de la persecución y la represión en contra de los trabajadores, estudiantes y los sectores populares que han comenzado a salir a las calles.


[1] http://www.nacion.com/2012-11-29/Portada/Chinchilla-advierte-que-policia-seguira-reprimiendo-bloqueos-y-alteracion-del-orden-durante-marchas.aspx
[2]http://www.diarioextra.com/2012/noviembre/29/nacionales3.php
[3] http://www.nacion.com/2012-11-30/Opinion/Firmeza-ante-la-violencia.aspx
[4] http://www.prensalibre.cr/lpl/nacional/75549-diputados-se-reunen-en-secreto-con-expertos-sobre-narcotrafico.html
[5]http://www.nacion.com/2012-12-25/Sucesos/helicoptero-de--1-800-millones-luchara-de-frente-contra-narcos-.aspx
[6] http://www.diarioextra.com/2013/enero/04/sucesos12.php ,  http://www.nacion.com/2013-01-04/Sucesos/Antimotines-desalojan-de-nuevo-a-precaristas-de-Siquirres.aspx
[7] http://www.diarioextra.com/2013/enero/24/nacionales3.php

¡Abajo la intervención francesa en Mali!

Por Philippe Alcoy, CCR4 en el NPA, Francia

"Señoras y Señores, Mali enfrenta una agresión de elementos terroristas, que vienen del Norte, cuya brutalidad y fanatismo ahora conoce el mundo entero". Así es como François Hollande presentaba el 11 de enero la puesta en marcha de la máquina de guerra tricolor. Esta no es la primera experiencia de los socialistas y los verdes. Sin remontar demasiado para atrás, recordemos Kosovo en 1999 y en Afganistán, bajo el gobierno de la Izquierda Plural del PS-PC-Verdes de Jospin.

La apuesta es defender la estabilidad del cuadrado neocolonial francés en el oeste de África así como los intereses de las multinacionales francesas. Es evidente que esta nueva intervención imperialista fue planificada desde hace tiempo [1] .

El avance de las fuerzas islamistas hacia Bamako, cuyos objetivos no son claros, fue sólo el pretexto ideal para justificar el ataque. En efecto, el gobierno francés busca justificar su acción detrás de "la lucha contra el terrorismo" y la protección de un "país amigo". Sin embargo, los verdaderos motivos de la intervención francesa son totalmente diferentes. Se trata, en el marco de la crisis capitalista internacional, de garantizar particularmente nuevos sectores de valorización del capital imperialista francés "recuperando el retraso" que existe en la explotación de los recursos naturales en su "patio trasero" africano.

El Ejército francés no traerá nada bueno para las masas de Mali

La entrada de las fuerzas armadas francesas no hará más que reforzar el poder dictatorial del Ejército maliense y de los hombres del capitán Sanogo, que continúa dictando la ley en Bamako desde su golpe de Estado de marzo de 2012. El gobierno fantoche acaba por otra parte de instaurar el estado de emergencia, lo que implica una censura total de la prensa y plena libertad para los militares para indagar, parar y detener a los opositores, comenzando por los militantes del movimiento obrero y sindical del sur maliense, que llevó adelante varios combates en estos últimos meses [2] .

¡En Francia, "unión sagrada" detrás de Hollande y su guerra!

Se conformó un amplio frente entre los medios de comunicación burgueses más importantes y los diferentes partidos que defienden los intereses del capital imperialista francés para alentar, sostener y legitimar esta nueva "aventura" militar de su Ejército. En esta unanimidad militarista, sumado a que según los encuestadores el 75 % de la opinión estaría a favor de la intervención, las declaraciones chauvinistas y proimperialistas de Melenchon y de su partido (el Frente de Izquierda) son mucho más escandalosas ya que sabemos que con esta guerra Hollande se propone ganar fuerza y fortalecer políticamente su gobierno. Esta intervención, para Hollande, es la versión militar, exterior y brutal de la ofensiva francesa que lleva adelante el gobierno en el país sobre el frente de la austeridad y de la reforma del mercado laboral.

¡Hay que combatir "nuestro" imperialismo aquí y ahora!

Es claro que uno de los puntos de apoyo para legitimar la intervención imperialista es el carácter reaccionario y antipopular de los grupos islamistas que tomaron el control de Norte del Mali. El espantapájaros del "terrorismo islamista" permite a Francia presentarse como el "salvador excolonial". Pero todo esto es una mascara. El imperialismo no defiende jamás ni la libertad ni la democracia. Al contrario, en Mali, esta intervención en apoyo a un gobierno fantoche ilegítimo ataca el derecho elemental a la autodeterminación de Azawad (territorio internacionalmente reconocido como parte de Mali). Este elemento de opresión sobre los pueblos del Norte del país y la ofensiva militar francesa, si continúa, harán todavía más difícil para los trabajadores, los campesinos y los pueblos del Sur del Mali, sacarse de encima el yugo del plomo militar, de la corrupción, de los planes de ajuste dictados por el FMI, y tantos otros elementos funcionales a la conservación del orden franco-africano.

Pero sobre todo existe otro elemento en el cual el gobierno del PS puede apoyarse para continuar su campaña militar: el hecho de que la unanimidad militarista y chauvinista sea apoyada por la "izquierda de la izquierda" como acabamos de verlo pero también por las direcciones de las principales fuerzas sindicales del movimiento obrero. Por ello sería esencial que la extrema izquierda, comenzando por nuestro partido, el NPA, pero también Lucha Obrera, que también tomó posición contra la intervención, esté a la vanguardia en impulsar mítines y movilizaciones contra esta nueva guerra imperialista.

Como marxistas revolucionarios, no nos pronunciamos solo contra la intervención, sino por la derrota de "nuestro" imperialismo. Por supuesto que esto no significa apoyar políticamente las fuerzas islamistas que están hoy a la cabeza de la ofensiva. El programa de Ansar-Dine y de otros grupos islamistas consiste por otra parte, en última instancia, en renegociar las condiciones de subordinación de la burguesía del Mali con respecto al imperialismo, particularmente atándose más a las pétro-monarquisas del Golfo, que son fieles aliadas del imperialismo norteamericano. Lo que es seguro sin embargo, es que todo debilitamiento o cuestionamiento de la potencia francesa sólo puede reforzar, localmente, la posición del movimiento obrero y popular que lucha por la defensa de los intereses del pueblo del Mali, contra la burguesía local a las órdenes de las multinacionales francesas. Por ello solo se puede desear que el ejército francés se tope con la resistencia más dura posible y que su ofensiva fracase.

Pero una victoria del Ejército francés en Mali también tendría un impacto extremadamente negativo para nuestra clase. Esto fortalecería al gobierno y al empresariado y le daría todavía más margen de maniobra para hacer más profunda su ofensiva. Los que hacen jugosas ganancias en África son los mismos que nos despiden aquí en Francia. Es por ello que, más allá de las posiciones que deberían defender los revolucionarios, la extrema izquierda debería darse los medios de defender posiciones internacionalistas elementales, proponiéndole al conjunto de las organizaciones del movimiento obrero y de la juventud, tanto sindicales como políticas, llamar, allí dónde es posible, por lo menos en París, a una concentración y movilización contra la intervención en un muy breve plazo.

¡Abajo la intervención imperialista, con o sin mandato de la ONU o del Parlamento!
¡No a la apertura del espacio aéreo argelino a los bombarderos franceses! ¡Por el derecho a la autodeterminación del conjunto de Azawad y de los pueblos de Mali!
¡Retirada de todas las tropas francesas de África y de los terrenos de operación exteriores!

Nota completa en francés disponible en www.ccr4.org

Huanuni, centro obrero de importancia estratégica: Lista independiente gana elecciones del sindicato


Por Javo Ferreira de la LOR-CI, Bolivia

 Uno de los centros del debate sobre el IPT es Huanuni, donde no sólo se votó un aporte de cada obrero al mismo, sino que una lista animada por activistas independientes y algunos simpatizantes de la izquierda trotskista (LOR-CI y POR) ganó por amplia diferencia las recientes elecciones del sindicato, derrotando a los sectores más ligados al MAS. Su programa reivindica “los Documentos del XXXI Congreso Minero y del XV Congreso de la COB en los que se plantea la necesidad de organizar el instrumento político de los trabajadores. A través de este instrumento lograr una representación obrera en el parlamento para convertirlo, como indica la Tesis de Pulacayo, en tribuna revolucionaria”. Se presentaron tres listas y el FRS (Frente de Revolución Sindical) ganó con el 48% de los votos (1999 votos, con unos 700 de ventaja sobre el segundo frente). Al cierre de esta nota, recién se había realizado la elección de los 125 delegados de sección, que estrechamente ligados a la base, actuarán junto a la nueva directiva del sindicato.

 El gran distrito minero de Huanuni ocupa un lugar particular en el actual movimiento obrero. Siendo la única mina de COMBOL que no se cerró en los ‘80, gracias a la lucha obrera y solo pudo ser privatizada en 1999 y recuperada en 2002, conservó las tradiciones y cultura obrera del proletariado minero que combatió en la revolución de 1952, protagonizó el trienio revolucionario de 1969-71 que dio la Asamblea Popular y marchó a ocupar La Paz en las Jornadas de Marzo de 1985. Entregada a una transnacional británica Allied Deals, en los ‘90, desde 1999 inició un nuevo y extraordinario capítulo en su historia: la fraudulenta quiebra de ese grupo empujó a los mineros de Huanuni a movilizarse hasta imponer la renacionalización de la mina para defender su fuente de trabajo. En el levantamiento de octubre de 2003 que derribó al presidente neoliberal Sánchez de Losada, los mineros de Huanuni acudieron en camiones a La Paz, enfrentándose a dinamitazo limpio al Ejército en Ventilla, con varias bajas. Al no poder romper el cerco militar, los mineros bajaron en pequeños grupos a la ciudad reagrupándose en la Universidad con la disposición de seguir el combate, cuando el 17 de octubre, Goni huyó.

La política minera del gobierno de Evo Morales apostó al acuerdo con las transnacionales y las cooperativas. En Bolivia, las cooperativas mientras son dirigidas por camarillas enriquecidas, en algunos casos verdaderos “empresarios con guardatojo” que hacen buenos negocios con las grandes empresas y expolian a miles de socios pobres y peones asalariados. A inicios de octubre de 2006, en Huanuni, las cooperativas de la zona, alentadas por el entonces Ministro de Minería de Evo y negociando bajo cuerda con los antiguos concesionarios ingleses, intentaron asaltar la mina para apoderarse de las mejores vetas. Los 800 trabajadores asalariados resistieron a pie firme el asalto.

 Tras dos días de luctuosos enfrentamientos que dejaron más de una docena de muertos, lograron derrotar ese asalto e imponer la única salida progresiva al conflicto: incorporar a la masa de casi 4.000 cooperativistas pobres como asalariados a la Empresa Minera Huanuni, logrando con ello una gran victoria política y consolidando la nacionalización del distrito definitivamente. A pesar de que el SMTMH (Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni) tuvo en distintos momentos directivas conciliadoras con el gobierno y que la conquista del “control social” (con rendición de cuentas a los trabajadores sobre las operaciones y decisiones de la empresa) se burocratizó en lugar de desarrollarse como control obrero, Huanuni se siguió movilizando en diversas ocasiones, para reclamar por sus demandas o apoyar a otros sectores obreros. Al calor de este proceso, la experiencia política de muchos trabajadores de Huanuni con el MAS y el gobierno de Evo fue avanzando y es hoy uno de los focos principales en que se apoya la iniciativa de IPT.

 Huanuni, una suerte de laboratorio político donde la gran tradición de lucha minera se combina con las nuevas generaciones, está llamado a contribuir poderosamente al desarrollo y renovación del movimiento obrero ante las tareas que la actual etapa pone ante ese proletariado, hoy mucho más extendido y diversificado que antiguamente, con sus concentraciones en los nuevos emprendimientos mineros privados, en los hidrocarburos, en las fábricas y empresas de El Alto, Santa Cruz y otras ciudades.